Las iniciativas para animar a más personas a usar la bicicleta pueden seguir diferentes caminos. Algunos, más tradicionales, como construir carriles bici o impedir el paso de los vehículos de motor al centro de las ciudades; otros, más originales, como convertir parquímetros en lugares donde se pueda dejar con seguridad la bicicleta. Antes se pagaba por aparcar un coche y ahora se puede dejar la bicicleta sin miedo a que la roben.
De este modo, la iniciativa ecológica se convierte, además, en un beneficio económico. Si se ofrece a la ciudadanía una gran oferta de aparcamientos gratuitos para bicicletas, quizá decidan dejar el coche aparcado en casa, ahorrando dinero y emisiones contaminantes.
Nueva York cuenta con un Departamento de Transportes muy sensible a este tipo de iniciativas. Además, los ciudadanos pueden mandar sus sugerencias. Esta relación de comunicación entre las administraciones pública y los ciudadanos a veces hacen posible que aparezcan ideas económicas e ingeniosas.
Así surgió esta idea: crear 12.000 aparcabicis aprovechando y transformado los antiguos parquímetros para coches. De este modo, además de animar a usar un medio de transporte ecológico, se reutilizan miles de plazas de aparcamiento de pago que iban a quedar obsoletas. Por otra parte, se aprovecha mejor el espacio, ya que en el espacio en el que cabe un coche, se pueden aparcar varias bicicletas.
Ventajas para peatones y residentes
Otra ventaja es que los ciclistas ya no tendrán que aparcar sus bicis en lugares que pueden molestar, como fachadas de edificios, bancos, farolas, etc. Bueno para los ciclistas y bueno para los peatones.
Los nuevos aparcabicis de la ciudad de Nueva York son gratuitos. Para su diseño se ha añadido, a los viejos parquímetros, piezas metálicas circulares para colocar el candado o cualquier otro sistema de seguridad antirrobo.
La medida se acaba de poner en funcionamiento, así que queda por evaluar su resultado: ¿usarán más la bici los neoyorquinos por el gran aumento en el número de plazas donde aparcar?