No puede negarse: los alimentos ecológicos salen mucho más caros. No siempre es así, pero las excepciones son tan pocas que realmente puede afirmarse que la comida verde es un mal negocio para el bolsillo. Sin embargo, ocurre todo lo contrario con la salud y la del planeta, y precisamente por ello, pese a resultar prohibitivos siguen siendo demandados y tienen tanto tirón.
De hecho, que estén de moda es una de las razones por las que los precios están por las nubes. No en vano, la demanda de cosas naturales ha acabado provocando el uso ambiguo de términos como “natural” o “tradicional”, contándose verdades a medias o mintiéndose directamente. Porque, simplemente, la falsear la realidad sale muy rentable, con lo que se venden muchos alimentos no ecológicos como si lo fuesen. Pero en sus precios desorbitados no sólo influye que sean tendencia, sino otros factores que conviene tener en cuenta a la hora de adquirlos.
Razones por las que son más caros
La calidad superior de los alimentos ecológicos es un término relativo. Si por un lado hay estudios que respaldan su mayor poder nutricional e incluso afirman que son más saludables, la calidad es una idea más subjetiva, que no siempre puede demostrarse.
Por lo tanto, siempre y cuando consideremos calidad la ausencia de pesticidas y otros químicos, así como su mayor cualidad nutritiva, sí puede afirmarse que su calidad es superior. Es más, muchos consumidores los eligen por considerarlos productos gourmet, es decir, fundamentalmente por su mejor sabor.
Además, es habitual que sean productos fabricados de forma artesanal o que requieran de más trabajo y costos para conseguir el mismo resultado que se obtiene usando antibióticos, pesticidas o fertilizantes, lo que supone más precio. Al mismo tiempo, suelen producirse a más baja escala, y ello significa que no se pueden conseguir precios tan competitivos como los obtenidos con la denominada economía a escala.
Las materias primas que utilizan también suelen ser especialmente caras, y la razón es la misma. Del mismo modo, los procesos de producción en ocasiones son más largos, en especial cuando se siguen métodos tradicionales. Sin embargo, a nivel de sostenibilidad, salen económicos. Sin embargo, como hemos advertido, no todos los productos que dicen serlo lo son.
No siempre son los más caros
Sin embargo, no siempre han de ser más caros. No necesariamente, al menos. En este sentido, es fundamental que el consumidor de productos ecológicos aprenda a moverse para no perder calidad ni garantías pero tampoco dinero sin necesidad. ¿Pero, cómo hacerlo? No sólo se trata de comparar precios, sino de tener claras unas ideas clave que ayudarán a orientarnos.
Consumir productos locales y de temporada es un punto fundamental. Nos ayuda tanto para buscar agricultores de confianza que, sin tener el sello correspondiente nos proporcionen vegetales cultivados siguiendo las técnicas de la agricultura ecológica. Y, en todo caso, también nos permitirá ahorrar un buen dinero optando por los productos certificados regionales antes que aquellos otros que suman los gastos de transporte. A su vez, la huella de carbono será más ligera.
Por último, comprar eliminando intermediarios al máximo, a través de cooperativas o directamente a los productores también ayuda a rebajar los precios. Sin olvidar, claro está, la dificultad añadida que supone para el consumidor poder hacer la cesta de la compra en un sólo comercio. Hacer comparaciones y ser inasequible al desaliento son requisitos fundamentales para lograr nuestro objetivo: alimentos de calidad al mejor precio. Encontrar esa mejor relación calidad precio es la recompensa, y bien merece la pena para comer más sano y a la vez cuidar el planeta. En un futuro, esperemos que próximo, la alimentación ecológica se normalizará, y los precios con ella.
Buen intento de marketing para VENDER comida ecológica, pero NO señores la realidad es que en la CRISIS por la que atraviesan las familias las cuales apenas tienen dinero para comprar una docena de huevos porque ninguno de los miembros tiene un sueldo comprar ecológico es totalmente PROHIBITIVO.
12 Huevos precio super mercado 1,12€
12 huevos ecológicos 4,00€
Conclusión, no cuestan el doble no cuestan 4 veces lo que los normales.
BUEN intento de hacer negocio, pero hasta que no se normalicen los precios lo tenéis CLARO.
Hola Ángel,
Los huevos son un ejemplo claro de precio prohibitivo, per no siempre es así. Además, se trata de priorizar, por ejemplo reduce en carne tendrás un ahorro para comprar eco, sin que deje de darte la razón en que son excesivamente caros. Por cierto, est blog es independiente, quien gana comiendo eco eres tú, yo, cada consumidor, sobre todo eso.
Te sugiero este post: https://ecologismos.com/tres-consejos-para-comer-ecologico-sin-arruinarte/
Un saludo y gracias por comentar : )
Efectivamente…yo personalmente prefiero tener un móvil más barato, bajar mi consumo de carne y alimentos «tirita»(aquellos que se consumen para aliviar problemas emocionales) como snacks, bebidas azucaradas, alcohol… y prescindir de otro tipo de cosas innecesarias e invertir en la calidad de aquellos productos que beneficien mi salud y al medio ambiente…Sólo es cuestión de priorizar, no del bolsillo. Un saludo
Hola Miren,
Buen planteamiento : )
Pedimos al Gobierno de España:
Abaratamiento radical de los alimentos ecológicos y de comercio justo. No es posible que una tableta de chocolate, de tan solo 100 gramos, de comercio justo, aunque sea de cacao de Costa de Marfil, cueste 4 euros y pico. Desde hace varios años, en Barcelona, hay tiendas especializadas en alimentación vegana. Pero los veganos no somos tontos. Desde ECxD, creemos que hay bastante especulación al respecto. Ponemos en duda que estas tiendas ayuden económicamente a los pobres agricultores africanos. Creemos, más bien, que la mayor parte del beneficio es para la tienda. Que, dicho sea de paso, suelen ser tiendas del rollo «practica el budismo y el yoga». Si los alimentos ecológicos fuesen más baratos, os aseguro que mucha más gente se haría vegana. O, como mínimo, vegetariana. Siempre que he entrado en una tienda de estas, siempre salgo con las manos vacías. Todo lo que venden es extremadamente supercaro.