Los alimentos ecológicos tienen un sabor más auténtico y son más saludables por lo que, lógicamente, deberían prolongar la vida de quienes los consumen. Pero en nuestra salud no sólo influye lo que comemos, sino también toda una serie de productos que podemos utilizar en el hogar o para el cuidado personal. Todos ellos en conjunto ayudan a mejorar nuestra calidad de vida y a aumentar las probabilidades de que nuestra vida sea más larga.
En efecto, son muchos los productos que se han relacionado con una mayor o menor esperanza de vida, pero ésta no sólo depende de la alimentación o de nuestros hábitos, sino también de la genética y del entorno. Por lo tanto, no busquemos un elixir de la eterna juventud en la ecología ni en ningún otro lado, porque fracasaremos. Eso sí, comer y cuidarse según principios ecológicos puede ayudarnos a vivir más y, algo también muy importante, en buenas condiciones.
La elección de utensilios de uso cotidiano libres de sustancias nocivas, es decir, ecológicos, constituye un paso importante en el cuidado de nuestra salud. En este aspecto, prefiramos el cristal al plástico, especialmente si tiene bisfenol o BPA.
Sustancias tóxicas
También son preferibles los productos ecológicos catalogados como tales por no resultar nociva su cercanía. Nos referimos, por ejemplo, a los electrodomésticos que emiten ondas electromagnéticas, a las pinturas o a los limpiadores domésticos que no tienen elementos tóxicos, a los tejidos o muebles que desprenden olores por el uso de pegamentos o barnices químicos nocivos por inhalación o contacto, etc.
Menos carne, más vegetales
Reducir el consumo de carne o preferir la ganadería ecológica a la convencional – hace un uso más eficiente de los recursos naturales, vigila el bienestar de los animales y no utiliza aditivos sintéticos ni medicamentos, priorizándose los remedios naturales a los medicamentos- puede hacer una diferencia en nuestro estado de salud. Así, en general nuestra salud gana si consumimos menos productos de origen animal, una medida que también resulta ecológica.
Ayunar también es verde, pues se consumen menos recursos, y hacerlo está relacionado con una mayor esperanza de vida. Es decir, basta con comer menos para vivir más, concluyen numerosos estudios, que relacionan la longevidad con una dieta hipocalórica.
Cosmética natural
Otro de los principales enemigos de la salud proviene de los cosméticos fabricados con elementos químicos que pueden resultar nefastos en tintes capilares, cremas o productos de maquillaje. En este campo, se recomienda la cosmética natural como fuente de salud, vigilando que no haya sido testada en animales para que su origen ecológico sea completo.
Reducir el estrés, fuente de enfermedades y vinculado con la mortalidad, también es otro modo de cumplir más y más años. De este modo, cualquier producto ecológico que consiga este efecto puede considerarse un buen aliado, y lo mismo ocurre con la contaminación y la calidad ambiental en entornos interiores y exteriores.
Alimentos naturales para vivir más
Las almendras, las manzanas, las pasas y la semillas de linaza, por ejemplo, son alimentos considerados históricamente prolongadores de la vida y, de hecho, sus beneficios están refrendados por la ciencia. Lógicamente, si deseamos obtener todo su potencial, habremos de conseguir que no sean de origen transgénico y se cultiven de forma orgánica. También debemos cuidar la calidad del agua.
En todo caso, una alimentación ecológica será tanto más saludable de cara a prolongar la esperanza de vida cuanto más temprano la iniciemos. De poco sirve echarse en brazos de la vida verde y equilibrada a una edad muy avanzada, en especial en lo que se refiere a la alimentación. Según ha descubierto un reciente estudio, cuidarnos durante la infancia, juventud y madurez es mucho más beneficioso para vivir más que hacerlo sólamente en los últimos años.