En torno a la arquitectura sostenible aparecen muchos términos para determinar las edificaciones en función de su sostenibilidad. Uno de ellos es el Urban Farming, aunque no es en sí una técnica ni estilo arquitectónico. Más bien es un movimiento o fenómeno que se ha extendido por todo el mundo desde hace unos años y que cada vez tiene más aceptación. Pero, ¿en qué consiste?
El concepto
Bajo el término Urban Farming se engloba un concepto de solución sostenible en el que se unen a su vez varios de ellos como la arquitectura, la ecología, eficiencia energética y alimentación saludable.
Y es que se trata de tener cubiertas ajardinadas en los edificios, áreas que tienen varias ventajas y funciones. Una de ellas, por ejemplo, es contribuir al aislamiento térmico, de manera que se gana en eficiencia energética por el cerramiento.
Además, con este sistema, se dispone de una capa vegetal que aporta oxígeno, lo que redunda en una mejora de la calidad del aire, aparte de crearse una atmósfera más fresca en el área colindante en las zonas próximas por la presencia de vegetación.
Pero, aparte, esto tiene otras ventajas puesto que las plantas tradicionales se pueden sustituir por frutas y hortalizas, de manera que se favorece una alimentación más saludable, aunque estos alimentos no pueden ser considerados como ecológicos porque están plantados en un sustrato de tierra sobre hormigón.
Algunos ejemplos
El fenómeno Urban Farming está teniendo una gran acogida en todo el mundo y también en España donde se pueden encontrar varios casos. Por ejemplo, dentro de ellos, está el Hotel Wellington de Madrid en el que se localiza uno de los huertos en cubierta más conocidos del territorio nacional y también más grande con una superficie de alrededor de 300 metros cuadrados de hortalizas y hierbas aromáticas.
Otras iniciativas son las llevadas a cabo en el Mercado de la Vall d’Hebron, que también incluye un huerto urbano, que se ha introducido con su reforma arquitectónica.
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