Los tapones de corcho son un material muy agradecido para hacer trabajos que nos entretengan o incluso que nos resulten útiles. Pequeños y mayores podrá pasarlo en grande haciendo manualidades ecológicas de todo tipo.
Si queremos darle un toque especial a las hojas de nuestras libretas, de una agenda o, por ejemplo, convertir una hoja anodina en un bonito papel de cartas, lo nuestro so los sellos de estampación creados a partir de tapones de corcho.
Bastará con hacer surcos en uno de los dos extremos (preferiblemente en el más ancho) con una cuchilla para hacer dibujos divertidos en forma de corazón, estrella, formas simétricas o incluso letras. A continuación, los mojaremos en pintura o tinta para luego obtener las correspondientes estampaciones.
Cubrir literalmente cualquier objeto con tapones de corcho es otra opción, por otra parte muy popular entre diseñadores ávidos de nuevas experiencias creativas. Pueden forrarse desde cestas hasta sillas o por ejemplo un contrachapado para así obtener un original tablón de corcho. Igualmente, tal y como se muestra en la imagen superior, cortados por la mitad quedan la mar de decorativos como embellecedores de chinchetas o agujas.
También son típicas las esterillas o lo salvamanteles confeccionados a base de unir grandes cantidades de tapones, lo que implica constancia y tiempo a la hora de reunir el material necesario. Por lo demás, hacerlos no supone complicación alguna.
Cortados en finas rodajas son perfectos para construir cualquier cosa que se nos ocurra, desde un original abeto de navidad en minatura hasta una cadena de corcho para adornar una habitación. También sirven como topes para puertas, como porta alfileres o, colocándolos en una caja de aluminio donde guardemos las galletas o los bizcochos, absorberán la humedad y evitarán que se estropeen.