¿Cuántas veces has ido a un hotel y has gastado por completo la pastilla de jabón que han dejado para ti? ¿Lo has hecho alguna vez? Como medida de higiene, los responsables del hotel deben, lógicamente, tirar a la basura las pastillas gastadas. Hay hoteles de lujo que, incluso, reponen la pastilla cada día ¡¡aunque sea para el mismo cliente!! ¿Es que ese señor cambia la pastilla de su casa todos los días? ¿Por qué el lujo es, muchas veces, tan absurdo? El caso es que es un derroche. El cliente puede llevarse esa pastilla y aprovecharla, una medida ecológica. Pero no todos los clientes quieren o se acuerdan de hacerlo. ¿Qué hacer con todas esas pastillas de jabón que se arrojan a la basura en todos los hoteles del mundo?
The Global Soap Project es un proyecto que ha nacido con el objetivo de reciclar todos esas pastillas gastadas de jabón. La idea es sencilla: recoger todas las pastillas, procesarlas de nuevo y mandarlas a comunidades vulnerables, sin recursos.
El proyecto se realiza gracias a la colaboración, por una parte, de hoteles que participan recogiendo las pastillas de jabón de las habitaciones que dejan los clientes y, por otra parte, de organizaciones que trabajan con comunidades desfavorecidas. The Global Soap Project une esos dos puntos tan diferentes. Y permite que algunas de las comunidades más pobres del planeta tengan la posibilidad de aumentar su higiene sin coste alguno.
Sólo en Estados Unidos hay casi cinco millones de habitaciones de hotel. Se calcula que, cada día, se desechan unas 2,6 millones de pastillas de jabón. Además, los hoteles que participen en el proyecto ahorrarán en bolsas de basura, ya que estarán reduciendo sus residuos. El proyecto apela a la conciencia ambiental (y también a la social) de los encargados del hotel, de las limpiadoras y de los propios clientes.
Seguro que muchos quisieran donar sus propias pastillas de forma individual, pero eso no es posible. Se trata de volver a unir pastillas con un color parecido, componentes parecidos y, sobre todo, con el mismo perfume. Precisamente, lo que se puede conseguir de un hotel. Pero, en casa, gasta del todo el jabón o guarda los restos para juntarlos con otros restos.