Los gestos ecológicos pueden tener un sinfín de caras. Desde el reciclaje o la reutilización de materiales o desechos hasta la alimentación bio o, por ejemplo, la aplicación de consejos para mejorar nuestra salud o decorar nuestro hogar.
En este post te sugerimos una combinación que nos parece interesante, pues nos permite ahorrar un buen dinerito, decorar la oficina o la casa y hacer un favor al planeta.
Son tres ideas factibles, que podemos aplicar de forma fácil, tanto a la hora de encontrar la materia prima, -ya sean ingredientes, materiales o plantas- como de llevarlo a cabo.
Plantas, plantas, plantas…
La decoración con plantas es nuestra primera sugerencia. Idealmente especies locales, durables, cuidadas con prácticas de jardinería bio. Son perfectas para decorar en el interior y en exteriores.
Si tenemos buen gusto el resultado puede ser espectacular. Como puede verse en la imagen que abre el post, la decoración con plantas da mucho de sí. Juguemos con distintos tipos, coloquémoslas a diferentes alturas, con macetas y jardineras de bonito diseño…
En este caso, además de ahorrar en purificadores de aire y en objetos decorativos, también ganamos en salud. Eso sí, evitemos las que puedan ocasionarnos problemas de alergias o resulten atrayentes para nuestras mascotas.
No olvidemos que para lograr los mejores resultados de descontaminación hemos de tener un buen número de plantas. En este sentido, los jardines verticales son una opción interesante.
Ambientador natural y limpieza eco
Ambientar un espacio interior con los ambientadores tradicionales, de base química, no es saludable para nosotros ni para el planeta. Hacerlo con aceites esenciales, sin embargo, resultará mucho más económico sin perder eficacia.
Unas pocas gotas de aceite esencial (casero o comprado) bastan para fabricar un ambientador casero, ya sea empapando unas bolas de madera u otros materiales absorbentes o mezclándolas con agua en una botella pulverizadora. Si utilizamos un aceite vegetal podremos hacer un ambientador difusor tipo mikado.
Dejar de usar productos limpiadores convencionales, de base química también es una buena manera de reforzar el resultado. Por un lado, evitamos que el ambiente interior se cargue de olores agresivos y, por otro, de partículas contaminantes.
Si usamos productos como el limón, el bicarbonato y el vinagre (su olor acabar evaporándose) como ingredientes de nuestras fórmulas de limpieza lograremos una desinfección total. Un simple paño húmedo también será de gran utilidad para atrapar el polvo, sin necesidad de los típicos sprays.
Hacer muebles reciclando palets
Hacer muebles con palets puede ser realmente complicado. Sin embargo, también hay algunos diseños que están al alcance de todos. No se necesita ser un manitas, pongamos por caso, para hacer un sofá como el que puede verse en la imagen superior.
En este caso, además, se ha aprovechado un cabecero de cama. Reciclarlo ha sido tan sencillo como darle una manita de color, sin más complicaciones. Luego, una colchoneta o similares y unos cuantos cojines harán el resto.
Los palets también son idóneos como cabecero de cama. De nuevo es posible hacer proyectos la mar de laborioso o simplemente colgarlos en la pared. El estilo del dormitorio nos orientará sobre la conveniencia de pintarlo o no, de darle una simple capa de barniz o de añadirle accesorios, reciclados o no.
En cualquier caso, los palets tienen la gran ventaja de permitirnos conseguir resultados muy vistosos y prácticos sin necesidad de hacer grandes obras de reciclaje. Muy al contrario, son una materia prima que prácticamente nos lo da todo hecho. Con un mucho de imaginación y otro tanto de paciencia, la transformación será ideal y, por supuesto, cumplirá nuestros tres requisitos. Son decorativos, respetuosos con el medio ambiente y económicos.