La cosmética convencional u orgánica, tanto se da, puede secarse, romperse y, en fin, convertirse en un desecho solo porque deja de servirnos. Raudas y veloces, no tardamos ni medio minuto en lanzarlos al cubo de la basura. ¿Cómo no hacerlo, es que acaso sirven ya para algo? La respuesta es sí.
En este post te damos las claves para volver a dar vida a esos pintalabios, sombras de ojos, eyeliners y otros productos de belleza que parecen no tener arreglo. Ahorrarás tiempo, dinero y cuidarás el planeta.
Bases de maquillaje en crema o polvo
Las bases de maquillaje líquidas que tienen un color demasiado oscuro pueden servirnos como base antes de aplicar el pintalabios. El resultado será una mayor duración. Y también para aplicar estratégicamente en aquellas partes del rostro que queramos afinar, a modo de colorete.
En caso de ser demasiado oscura, simplemente añadimos unas gotas de crema hidratante o mezclamos con otra que sea clara hasta lograr la tonalidad deseada. Por su parte, cuando la base de maquillaje en forma de polvos compactos se rompe por un accidente, convirtámoslos en polvo y decidamos entre una de las opciones que explicamos a continuación.
En primer lugar, te proponemos devolverlo a su forma original. Para ello, mezcla con alcohol, compacta presionando con una cuchara y deja secar o, como segunda posibilidad, mézclalos con leche hidratante o con otro maquillaje líquido y conviértelos en un maquillaje en forma de crema. ¡Así de fácil, y de práctico!
Pintablabios, perfilador y eyeliner
¿Qué hacer con los pintalabios que se parten? Suele ocurrir cuando hay alguna caída o simplemente cuando el calor los reblandecen y la solución es sencilla. Si no quieres andar con complicaciones, utiliza un pincelito para aplicártelo y listo.
Cada vez que quieras utilizarlo, lo aplicas con el pincel, sin más. Verás lo preciso que es hacerlo así, incluso lo preferirás. Y, en todo caso, para volverlo a arreglar calienta la base de la parte rota para unirla a la otra parte. Unimos ambas partes con cuidado y dejamos toda la noche en el congelador.
Por su parte, el lápiz de ojos o el perfilador de labios que parece haber perdido su capacidad de pintar lo recuperará aplicando unos segundos un poco de calor. ¿El mechero, una cerilla, el fogón de la cocina…? Todo sirve, y también exponerlos unas horas al sol. Al aplicar, tengamos la precaución de comprobar que no queme.
Pintauñas
Los pintauñas resecos son otro clásico. Ya sea porque son del año catapún o porque te los has dejado abiertos, simplemente añade unas gotas de quitaesmalte y agita. Si sigue estando muy denso o no quieres aplicarlo por cualquier otra razón puedes guardarlo para tus proyectos de reciclaje creativo.
Restos de jabón
Los trocitos de jabón no quieren acabar en la basura. Buena prueba de ello es lo fácil que te ponen su transformación en una pastilla nueva. No, no se trata de una varita mágica, ni de pronunciar palabras que obren el milagro.
Eso sí, bastará con unir varios trozos pequeños y derretirlos en una cazuela con agua a fuego lento hasta formar una pasta uniforme. También es el momento de añadir algún colorante o esencia aromática. Removemos, volcamos en pequeños moldes de pastelería con lindas formas y esperamos a que se enfríen. Desmoldamos, y ya las tenemos.
Sombra de ojos y máscara de pestañas
Las sombras de ojos, al igual que el colorete compacto o el maquillaje en polvo, pueden acabar rompiéndose en mil pedazos. Aplicar el sistema del alcohol logra compactarlas de nuevo, pero hay otras soluciones, como convertirlas en polvo y aplicarlas con una brocha, en lugar de utilizar una pequeña borla. Por último, unas gotitas de aceite de oliva o de almendras devolverá todo su esplendor a las máscaras de pestañas.