Por lo general, el cuarto de baño es, junto con la cocina, el lugar de la casa donde más desechos creamos, y en ambos espacios podemos mejorar mucho nuestras prácticas al respecto.
En este post nos centraremos en las alternativas que podemos encontrar fácilmente en productos de uso habitual en el baño para acercarnos al ideal de los cero desechos.
Envases, el enemigo…
Como es bien sabido, los envases son una importante fuente de polución, y tampoco es una novedad que el cuarto de baño se llena de ellos, en forma de cosméticos y productos de cuidado personal.
No se trata de evitarlos a toda costa. Entre otras cosas, porque lo tendríamos realmente difícil, pero sí de hacer lo posible para reducir tanto envases plásticos como embalajes de todo tipo.
Un truco consiste en optar por el mal menor, es decir, evitar envases tipo monodosis, envoltorios superfluos que a menudo se superponen y optar por los eco packs cuando sea posible para rellenar las botellas de gel, etc.
El uso de jabones de pastilla en sustitución de los geles de baño, los productos de limpieza facial o los es otra manera de conseguir una mayor durabilidad del producto y evitar envases. Incluso los hay como sustitución de los champús convencionales.
Algunos panes de jabón sirven para las manos, el cuerpo y la cara, con lo que también será muy interesante. Idealmente, sin embalajes.
A la hora de orientarnos, tengamos en cuenta que los productos sólidos suelen ser más ecológicos que los líquidos, geles o cremas. No solo porque se acaban antes sino porque sus envases también resultan más verdes, tanto por tipo de material como por la huella de carbono. Y los ejemplos son numerosos: jabones en pastilla, dentífricos en forma de polvo, desodorantes que parecen un jabón, etc.
O, por ejemplo, a la hora de ambientar, evitar los ambientadores de composición química, tipo spray o cualquier otro que venga en envases que haya que reponer cada cierto tiempo. Una alternativa verde para el planeta y más saludable es confeccionar nuestro propio ambientador tipo mikado, con palitos de bambú y aceites esenciales orgánicos.
No a los productos de un solo uso
Siempre será mejor reutilizar que usar y tirar. En el cuarto de baño podemos hacer una gran diferencia optando por toallitas desmaquillantes de un solo uso hechas a partir de retales de telas de algodón.
A la hora de depilarse o afeitarse, las opciones también pueden ser nefastas para el planeta y poco amigas de nuestro bolsillo. Optemos por las maquinillas de afeitar tradicionales o, al menos, que no sean de un solo uso.
La depilación con tiras de cera de usar y tirar también son una opción poco verde. Normalmente, cualquier opción que suponga envases y pequeñas cantidades de producto será una mala opción.
Pásate al hazlo tú mismo
Muchos productos que utilizamos para el cuidado personal pueden ser sustituidos por fórmulas caseras. Recetas que podemos hacer fácilmente teniendo a mano vinagre blanco, aceites esenciales, bicarbonato, limones y otros alimentos o productos, mejor que mejor si además son bio.
Mascarillas faciales, productos con los que hacernos un peeling facial o corporal, aceites vegetales con los que hidratar y nutrir la piel, vinagre o bicarbonato de sodio añadido al agua con la que nos lavamos los pies, etc.
Adquirir experiencia en este tipo de recetas nos abrirá todo un mundo de posibilidades. Tanto para estar más guapos como para el aseo personal, iremos afinando hasta conseguir resultados que respondan a nuestras necesidades, buscando ese equilibrio entre la composición bio y la sostenibilidad ambiental. No es fácil, pero sí divertido, y toda una aventura que bien merece la pena.