Usos ecológicos del aceite de árbol de té

El aceite esencial de árbol de té es un gran aliado del estilo de vida verde. Su versatilidad lo convierte, casi casi, en una solución para todo cuando lo aplicamos en cosmética bio, limpieza del hogar ecológica, cuidado personal e incluso terapéutica natural.

En efecto, el árbol de té es de esos aceites esenciales que hay que descubrir y utilizar de mil y un modo, en recetas caseras que podemos adaptar a usos y necesidades de lo más diversas. Al poco de empezar a usarlo apostamos a que surgirán nuevas ideas para aplicarlo.

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Una de sus principales ventajas es su precio. Obviamente, no comparado con el vinagre, un producto también ecológico pero infinitamente más económico, y en algunos casos alternativa del mismo. Sin embargo, en comparación con otros aceites esenciales sale a cuenta, un aspecto clave a la hora de utilizarlo para la higiene doméstica o, por ejemplo, la cosmética que se aplica a diario.

¿Pero, de dónde viene ese aceite? Se extrae de una planta conocida como Lelaleuca alternifoliais, nativa de Australia, el único lugar donde se encuentra en estado silvestre. Si queremos sacar el máximo partido de sus propiedades antisépticas y antifúngicas optemos por aquellos que proceden de la agricultura ecológica.

En cuanto a sus usos, a nivel doméstico, podemos aprovechar su poder para combatir patógenos para un sinfín de utilidades. Tener nuestro propio limpiador multiusos en una botellita pulverizadora será tan fácil como llenarla con agua y añadir un par de cucharaditas de aceite de árbol de té.

Al aplicarlo, agitemos primero. En caso de querer acabar con hongos en suelos, techos o paredes incrementemos la proporción de aceite de árbol de té. Igualmente, para fregar el suelo u otras superficies añadiremos unas 30 gotas al cubo de fregar.

En la colada, añadir unas gotas diluidas con agua a modo de suavizante perfumará la ropa ligeramente. O, por ejemplo, refresquemos las alfombras espolvoreando bicarbonato y dejándolo reposar unas horas. De este modo absorberá la suciedad y olores, resultando muy sencillo hacerlo desaparecer aspirándolo. Como toque final, pulvericemos aceite de árbol de té diluido en agua y lograremos un agradable olor al tiempo que prevendremos moho.

Si ya tenemos moho en casa es muy fácil que se concentre en superficies de todo tipo, incluyendo alfombras, donde acaban las esporas. Combatirlo requerirá reforzar su efecto mezclándolo con vinagre de manzana y, a ser posible, dejándola secar al sol.

Aceite arbol de te
En cosmética verde se aplica de forma tópica, es decir, externamente, aplicándolo de forma pura sobre la piel o diluyéndolo previamente, e incluso formando parte de distintas formulaciones. Por lo general, ayuda a eliminar bacterias, hongos e infecciones dérmicas.

Tiene un ligero efecto antibiótico y ayuda a combatir la caspa, así como a calmar erupciones y curar quemaduras o acné, entre otros muchos usos. A su vez, sirve para prevenir las infestaciones de piojos, para lo cual añadiremos unas gotas al champú justo antes de aplicarlo.

Será efectivo como colutorio por su efecto bactericida y también refrescante, con lo que nos ayudará a controlar el mal aliento. Igualmente, puede utilizarse como ingrediente para elaborar una pasta de dientes casera, junto con bicarbonato. O, entre otras muchas posibilidades, podemos utilizarlo para hacer nuestro desodorante (aceite de árbol de té con bicarbonato) o añadir unas gotas a una crema hidratante para que nutrir y prevenir olores en los pies.

Por último, no se debe usar en personas alérgicas ni en bebés menores de 1 año ni en mascotas sin previa consulta con el veterinario, pues podría resultarles tóxico. Si podemos, por ejemplo, echar unas pocas gotas en los colchones o cunitas de los animales para mantener a raya las pulgas y otros insectos. Eso sí, si hay una plaga será poco efectivo.

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