Usos ecológicos del grafeno

Grafeno
Nanotecnología, electrónica, microchips, nuevos materiales… Son palabras que a muchos nos echan para atrás en cuanto las escuchamos, pero bien pensado debería ocurrirnos todo lo contrario. En realidad, no es complicado entender el concepto básico de materiales como el grafeno y a partir de él conocer sus principales aplicaciones.

En este post vamos a hacer ambas cosas: dar una sencilla explicación sobre el concepto de grafeno y también acerca de sus usos más importantes relacionados con la ecología y la sostenibilidad.

¿Qués es el grafeno?

Si definimos el grafeno como un alótropo del carbono, como lo son también el carbón o el diamante, lo más probable es que todavía entendamos menos. Sin embargo, sí llegamos a entender que se trata de algo así como una variante de ese elemento químico. De hecho, recientemente se ha descubierto una nueva variación estructural de carbono que se ha bautizado como «penta-grafeno», que se une a otras halladas anteriormente, como son el fullereno, el nanotubo o el mismo grafeno.

Volviendo a este último, el grafeno es un material flexible, impermeable, transparente, cien veces más eficaz que el silicio como conductor eléctrico, lo que lo convierte en el material que mejor conduce la electricidad, y más fuerte que el diamante.

El material del futuro

Conocido como el material del futuro, el grafeno tiene asombrado al mundo por sus increíbles propiedades y aplicaciones potenciales, si bien todavía ha de superar el problema del precio.

Curiosamente, una investigación publicada en Nature Materials ha demostrado que se pueden fabricar láminas microscópicas de grafeno con materiales que tenemos en casa, concretamente el grafito en polvo, agua y detergente que, mezclados a alta velocidad en una batidora. Eso sí, su pureza deja mucho que desear, pero para muchos usos esto no es relevante, apuntan los expertos, con lo que habríamos solucionado el problema del precio.

Nanotecnologia grafeno
Cuando se consiga acabar con este problema realmente, es decir, haciendo un grafeno de calidad y barato, será como tener luz verde para transformar el mundo en un sinfín de aspectos, muchos de ellos relacionados con la sostenibilidad.

Usos ecológicos

Añadido a otros materiales, ya sea como materia prima o como componente, entre otras muchas cosas, el grafeno tiene tantas aplicaciones que resulta complicado siquiera imaginar cómo cambiaría nuestra vida y el entorno.

Teléfonos o dispositivos móviles que se cargan en apenas cinco minutos, desalinizadoras mucho más eficientes, gracias a filtros que separarán la sal del agua hasta tres más rápido que las actuales o, por ejemplo, imaginemos que podemos conseguir que las chimeneas de las grandes industrias contaminen menos. También es posible obtener combustibles que reduzcan el consumo y ayuden a que el motor dure más, permitiendo que los aviones ganen en velocidad y, a la par, contaminando menos.

No en vano, el grafeno puede ser clave para una revolución energética basada en tres de sus principales características: la producción de energía, su transmisión y almacenamiento. Desde su uso en aviones, coches eléctricos y demás medios de transporte para mejorar su eficiencia hasta sustituir la red eléctrica por este tipo de materiales semiconductores, comoe el grafeno o, quién sabe, quizá el pentagrafeno.

Las posibilidades son infinitas, como crear autopistas energéticas de alta eficiencia mediante la instalación de paneles solares gigantescos en los desiertos (en realidad, una nueva generación de células), lo que supondría una auténtica amenaza para los hidrocarburos. O, lo que es lo mismo, la salvación del planeta. Y la nuestra.

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