Ventajas eco del grifo termostático

Darse pocas duchas, de corta duración y aún menos baños, cortar el agua mientras nos enjabonamos o cepillamos los dientes o, pongamos por caso, instalar economizadores de agua en los grifos o alcachofas son algunas de las eco recomendaciones para un consumo más sostenible del agua caliente sanitaria.

¿Pero, qué hay del grifo termostático? ¿Es una opción verde? Aunque desde una óptica verde no todo son ventajas, lo cierto es que los puntos positivos merecen atención. Sobre todo, porque con un grifo de los llamados termostáticos, la temperatura es constante, con lo que no tenemos que esperar cada vez a que se caliente.

Ventajas verdes del grifo termostático

Básicamente, podemos definir un grifo termostático como un grifo diseñado para que el agua salga a una temperatura siempre igual. Su característica distintiva son sus dos mandos con funciones diferenciadas: uno para elegir el caudal y el otro para hacer lo propio con la temperatura.

Ello supone, lógicamente, un ahorro de agua, de tiempo, pues no tenemos que esperar, e incluso de electricidad, pero también es cierto que puede llevarnos a usar el agua tibia o caliente de forma habitual cuando no siempre es necesario. Es más, la excepción suele ser el agua caliente, con lo que el invento puede darse la vuelta y acabar resultando poco o nada eco.

Al regular la temperatura en un tiempo récord nos evita dejar que el agua caiga inútilmente durante unos preciosos minutos, hasta que llega la temperatura que queremos. En cifras, ello nos puede suponer economizar de un 30 a un 50 por ciento de agua.

Luego, una vez regulada, la tenemos a nuestra disposición de forma constante para su uso durante un baño, ducha o, por ejemplo, mientras fregamos los platos. Con la ventaja de que también puede integrar un limitador de agua, en sus distintas modalidades. Así aumentamos el ahorro, qué duda cabe.

Su uso puede ser interesante los cuartos de baño y en la cocina. Aunque todo depende del uso que vayamos a darle, es decir, de nuestros hábitos y preferencias, lo cierto es que aún existiendo modelos para muy distintas aplicaciones, se han popularizado sobre todo para el baño o ducha por la comodidad que supone disponer de agua a una temperatura similar, aunque abramos o cerremos el grifo o variemos la fuerza del agua.

Entre otras precauciones, es importante tener en cuenta su incompatibilidad práctica con los calentadores instantáneos. Es clave verificar la compatibilidad del modelo de grifo termostático que queremos comprar con el modelo de calentador de agua que tenemos. O, si se trata de una obra nueva o reforma, buscar que ambos sean compatibles.

Hasta tal punto es importante que su incompatibilidad podría generar problemas importantes. En muchos casos fácilmente solucionables recurriendo a especialistas que nos revisen el sistema. Entre otros, que el agua salga siempre fría, que no alcance la temperatura deseada, que salga bien pero por poco tiempo, y acabe enfriándose o que no podamos cambiar la temperatura.

En estos casos, podría haber solución, ya sea mediante la sustitución de las válvulas de retención, las válvulas de antirretorno o solucionando problemas con la presión. Sea como fuere, estamos pensando en instalarlo y nuestro sistema de calefacción es instantáneo (la mayoría de los calentadores de gas lo son), tengamos presente que hay que programar la misma temperatura en el calentador que en el grifo para evitar problemas.

O, yendo a lo práctico, podría interesar aplicar aquello de más vale prevenir que curar. O sea, abstenerse. Por suerte, hay otros muchos mecanismos para no gastar tanta agua. Eso sí, hay que reconocer que un grifo termostático que funciona a las mil maravillas además aporta confort.