Belleza natural con aceite de jojoba

Aceite jojoba
El aceite vegetal virgen de jojoba es un cosmético natural que podemos utilizar de muy distintas formas. Si no lo conocías o te es familiar como ingrediente en algunas cremas o champús, en este post vas a poder aprender sobre su uso en estado puro, aplicándolo directamente sobre la piel o el cabello.

En realidad, no es necesario nada más para beneficiarnos de sus propiedades suavizantes y nutritivas, si bien lo encontramos en muchas formulaciones por su gran eficacia. A su vez, para qué engañarnos, se utiliza como reclamo de greenwashing. O, lo que es lo mismo, como método para disfrazar un cosmético de natural, cuando la realidad es muy otra.

Una breve definición

Como es fácil adivinar, el aceite de jojoba debe su nombre a un vegetal del mismo nombre. Se trata, en efecto, de la jojoba, una planta longeva, que puede llegar a centenaria y llega a medir hasta 5 metros de altura.

Su fruto, de unos 3 cm de largo contiene una semilla en cuyo núcleo encontramos una cera líquida conocida como aceite de jojoba. Por lo tanto, no se trata de una grasa como tal sino de una cera biodegradable.

Su obtención mediante prensado contiene un 96 por ciento de ceramidas, razón por la que aguanta inalterable durante largo tiempo. Una durabilidad que era muy apreciada por los indios americanos, que le atribuían propiedades mágicas, conocían sus propiedades cosméticas y también lo usaban como alimento.

¿Cuál elegir?

La elección idónea es el aceite de jojoba virgen, de primera presión en frío procedente del cultivo orgánico, con sus correspondiente certificado y en envase de vidrio. Y, cómo no, si queremos hacer una compra todavía más ecológica, busquemos un producto con una menor huella de carbono.

Encontrar ese aceite de jojoba con una huella de carbono más ligera no es tan complicado como pueda parecer. Puesto que no disponemos de información sobre su ciclo de vida, habremos de utilizar el sentido común. Por ejemplo, informémonos sobre su proceso de elaboración, valoremos la cantidad y tipos de envases, el transporte hasta el punto de venta e incluso su pertenencia al circuito del comercio justo.

Para qué utilizarlo

El aceite de jojoba suaviza, hidrata y equilibra la piel, tanto el cutis como el resto del cuerpo. Al ser rico en vitamina E actúa como antioxidante, al tiempo que nutre y actúa como preventivo de las arrugas.

También regenera las células gracias al ácido linoléico y, por otra parte, sus proteínas queratínicas mantienen en buen estado el cuero cabelludo, previniendo alteraciones como caspa, seborrea, eccemas o granitos.

Es muy utilizado para hidratar el cabello y su efecto no es graso. Por lo tanto, la belleza capilar con aceite de jojoba se consigue aplicándolo desde el cuero cabelludo hasta el pelo en toda su longitud, según necesitemos.

Jojoba
Las formulaciones caseras son una interesante alternativa para utilizarlo junto (no necesariamente a la vez ni haciendo mezclas) con otros productos orgánicos, aceites esenciales, restos de frutas u otros alimentos que tengamos en la despensa: la sal, el azúcar, los restos de café, el vinagre de manzana, hierbas, cítricos o, pongamos por caso, el aceite de oliva.

Entre otras posibilidades, podemos hacer cremas de día y de noche, jabones, mascarillas faciales, exfoliantes para el rostro o el cuerpo, hidratantes… O, por qué no nuestras propias pócimas ecológicas para mejorar la salud capilar, cuidarnos los pies y zonas ásperas, como los codos y rodillas.

Por último, el aceite de jojoba puede utilizarse para potenciar los efectos de un masaje, así como para facilitar que las manos se deslicen, como ocurre con cualquier otro aceite. En este caso, además, podemos aplicar unas gotas un aceite esencial relajante, vigorizante o simplemente de agradable aroma.

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