Abierta la primera carretera solar europea

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La fase de pruebas ha finalizado con éxito, y la flamante carretera solar se ha abierto al público. Han sido años de investigación por parte de la empresa que la ha llevado a término, y una decidida apuesta a nivel gubernamental. No en vano se trata de un proyecto con un presupuesto muy elevado, si bien se espera contribuir con ello al avance de la tecnología de cara a una mayor eficiencia en el futuro.

Aun así, las ventajas que supone su apertura no pueden negarse. No solo se trata de un gesto ambiental, sino también de una manera de producir electricidad a partir del sol para miles de vecinos. Al acto de apertura acudieron personalidades galas, con la ministra de medio ambiente, Ségolène Royal, a la cabeza para dar el pistoletazo de salida a un proyecto que podría marcar un antes y un después en una materia ecológica tan importante como es la movilidad sostenible.

Justo es decir que no estamos ante la primera carretera solar que se ha construido, pues existe otra en Estados Unidos, concretamente el proyecto Solar Roadways, impulsado por Scott y Julie Brusaw, pero según los datos que manejamos sí en Europa.

En este caso, se ha abierto una innovadora carretera solar en la región de Normandía, tiene 1 kilómetro de longitud y está fabricada con pequeños paneles que actúan de baldosas, ocupando un área total de 2.900 metros cuadrados.

No solo tienen la necesaria resistencia, sino que son capaces de generar energía renovable suficiente para abastecer de electricidad a Tourouvre au Perche, el municipio en cuyo término se ha fabricado, de alrededor de 3.400 habitantes.

Una carretera solar excedentaria

Para satisfacer las necesidades energéticas de dicha población ha sido necesario conseguir un rendimiento de los paneles de 280 kilovatios hora en su pico más alto, si bien siendo energía solar siempre existe la posibilidad de que haya importantes oscilaciones diarias.

Sin embargo, no pueden hacerse muchas previsiones, advierten sus creadores. No en vano, se trata de un producto en fase experimental, que espera lograr grandes éxitos en cuanto a usabilidad, producción y durabilidad.

Estos serán los factores que se estudiarán principalmente durante sus dos primeros años de vida, durante los cuales se secarán conclusiones más allá de los aspectos positivos observados en el periodo de pruebas.

Por su parte, a nivel empresarial se seguirá buscando cómo abaratar el gasto que supone su fabricación e implementación. Se trata, en efecto, de un proyecto caro, que también ha resultado polémico por esta razón, aunque habrá que valorar su rendimiento buscando su amortización para asísacar conclusiones más ajustadas a la realidad.

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La empresa responsable del proyecto es Colas SA, subsidiaria de Bouyques Group, una compañía dedicada a construir carreteras que ha decidido lanzarse al vacío con este proyecto. Eso sí, no lo ha hecho sin red, puesto que lleva años sumergida en el mismo, por lo que la apertura de este primer tramo es la culminación de muchos esfuerzos.

Eso sí, sigue habiendo carretera por delante, pues se trata de un proyecto piloto de entre otros muchos que también se implementarán en distintos puntos del planeta siguiendo idénticas pautas.

Su apuesta tiene un nombre: la tecnología conocida como «Wattway», un sistema basado en paneles solares compuestos por células fotovoltaicas de silicio cristalino para lograr tanto la autosuficiencia de la misma como la derivación de los excedentes para cubrir las necesidades de la población, como hemos apuntado. Por último, si los primeros años arrojan un balance positivo en Francia y en otros países, la empresa tiene previsto comercializar la tecnología para 2028, probablemente con mejoras que se irán logrando con el paso de los años.

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