La manzana de Apple luce más verde que nunca. Eso sí, los de Cupertino siguen pintando verde sobre negro, en un intento desesperado por compensar el problema de polución global que conlleva ser la empresa tecnológica que es, líder en el mercado mundial y también en contaminación.
Sus inversiones en eólica y solar son importantes y no puede negarse que, con voluntad sincera o como operación cosmética, predica con el ejemplo en lo que respecta a la cuestión de abastecerse con energías renovables. En concreto, lo ha conseguido en sus instalaciones de California.
El informe de Greenpeace «Clicking Clean: Cómo crean las empresas un Internet verde» sitúa a Apple a la cabeza de las empresas tecnológicas más ecológicas, capaces de abastecerse con renovables. Eso sí, en este informe no se tienen en cuenta las millones de toneladas de basura electrónica que nos comemos por gentileza de Apple.
Greenpeace insta a todas las empresas tecnológicas a emular a Apple, Google o Facebook en sus exitosos intentos por reducir su negativo impacto sobre el medio ambiente. Y, justamente, la compañía de la manzana es noticia por haber realizado tres nuevas inversiones en favor del medio ambiente.
Inversión forestal de Apple
En concreto, Apple ha comprado un bosque en Estados Unidos y ha decidido la construcción de dos plantas solares en China. Son las últimas inversiones verdes de Apple, que pese a ser la empresa más contaminante de los Estados Unidos y una de las empresas más contaminantes del planeta, apuesta por el medio ambiente en un intento de compensar mínimamente su enorme daño ambiental.
Sus despropósitos ambientales no obstan para que también pueda afirmarse que la compañía está ganando puntos verdes con su activa política de inversión en energías renovables.
De hecho, sus últimas inversiones han sido celebradas por los ecologistas, aunque el fin utilitarista es la razón de ser de su inquietud verde, lo cual no acaba de ser del todo perfecto, si bien tampoco se trata de criticar una actuación que no deja de ser loable, sobre todo porque buena parte de los bosques se han adquirido para su conservación, y la explotación se realiza de forma sectorial.
Visto desde el lado positivo, esta práctica podría crear tendencia e inaugurar una nueva manera de invertir y de producir, aportando más de lo que se extrae, desde un enfoque global que busque la sostenibilidad como fin último.
Su primer anuncio hacía referencia a la compra de 36.000 hectáreas de tierras forestales en los estados de Maine y Carolina del Norte con el propósito de explotarlo de forma sostenible y así conseguir materias primas verdes con las que embalar sus productos.
Dos nuevas centrales solares
Con el segundo anuncio, la compañía del iPhone reveló sus planes con un par de granjas solares que ya están en construcción en China, como complemento a anteriores inversiones en renovables en Estados Unidos.
En concreto, las plantas chinas supondrán la producción de 80 millones de kilovatios hora por año y se fabrican en colaboración con la empresa SunPower y su producción se consumirá localmente.
Siguiendo la misma política que con la compra del bosque, de explotar una parte y garantizar la conservación del resto, Apple podría haber decidido construir los parques solares en China para hacer lo propio. En este caso, se trataría de intentar compensar el daño ecológico que está ocasionando en el país amarillo.
Recordemos que Apple y sus proveedores están en el punto de mira de las asociaciones conservacionistas, desde las que no cesan de lloverles críticas y acusaciones de contaminar el medio ambiente.
La terrible contaminación que genera en China, de este modo, quedaría en parte (ínfima parte) compensada con este tipo de inversiones, aunque mucho habrá de invertir en medio ambiente para poder compensarlo realmente. No en vano, como dice la sabiduría popular, la mejor manera de no tener que limpiar es no ensuciar. Sobre todo, porque hay manchas que no se van ni con lejía.