Forlane 6 es un estudio de arte que quiere reivindicar el respeto al medio ambiente. Y no desde una galería o sala de exposiciones. Ni siquiera desde las calles de la ciudad. Las originales exposiciones que organiza Forlane 6 se desarrollan en el mar. Dentro del mar, ya que son obras de arte sumergidas. Algunas, nadan como si fueran organismos vivos.
El proyecto es una llamada de atención ante la contaminación ambiental y el consumismo masivo. En especial, hay una fuerte crítica de la enorme cantidad de residuos plásticos que hay en el océano. La idea es sencilla, pero potente: se reutilizan objetos cotidianos convertidos en esculturas vivas que son sumergidos en el océano.
Una medusa creada a base de desechos plásticos, por ejemplo, que, cuando está en el mar se mueve al ritmo de las olas, las mareas y las corrientes. Piezas de arte que cobran vida en la naturaleza.
Estas esculturas o instalaciones están diseñadas por los buceadores y artistas Mathieu Goussin y Hortense Le Calvez, que se inspiran en otra artista, la conceptual Roman Singer, y en la fotógrafa Susanna Majuri. En la página web del estudio Forlane 6 se pueden ver espectaculares imágenes.
Esculturas en movimiento
Mathieu Goussin trabajó diez años en barcos comerciales y sabe bien la contaminación que hay en los océanos. Su cometido era instalar cables de fibra óptica en el suelo de los océanos. Aprendió, por tanto, a conocer bien las corrientes oceánicas, de modo que sabe cómo fijar las obras de arte en el lecho marino.
Por su parte, Hortense Le Calvez estudió arte y hace años que se siente atraída por los trabajos en el agua. Se convirtió en instructora de buceo para poder ubicar sus diseños en el fondo del océano. Ha trabajado, así mismo, como productora de películas en Filipinas.
Desde Forlane VI, la embarcación que utilizan para colocar sus trabajos, elaborar sus proyectos y cumplir sus sueños, esta pareja de diseñadores ofrecen un arte ecológico y reivindicativo.