Buenos Aires, la ciudad más ruidosa de Latinoamérica


La capital de Argentina, Buenos Aires, esta vez sí, puede «presumir» de ser la primera en algo: aunque sea en niveles de contaminación sonora. El ruido es uno de los mayores problemas de la ciudad de Buenos Aires: bocinas, alarmas, sirenas, denso tráfico, un conjunto de sonidos caóticos y de ruido que pueden generar trastornos en la salud de sus ciudadanos. La calidad de vida de los bonaerenses disminuye día tras día.

En referencia a este problema acústico, un nuevo estudio de la Agencia de Protección Ambiental del Gobierno señala que Buenos Aires se mantiene como la ciudad más ruidosa de América Latina y la cuarta en el ámbito mundial, sólo superada por Nueva York, Tokio y Nagasaki. Toda una proeza.

Casi todas las causas de la contaminación acústica de la capital argentina provienen de los medios de transporte, ya sea del tráfico de automóviles ya sea de los transportes ferroviario y aéreo. En Buenos Aires y sus barrios anexos viven casi un tercio de los 40 millones de habitantes de Argentina, lo que, lógicamente, agrava el problema y dificulta su solución.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niveles de ruido no deben superar los 55 decibelios durante el día y los 45 durante la noche. En Buenos Aires, rondan niveles de entre los 70 y 80 decibelios.

Desde luego es un problema que comparten todas las grandes ciudades del mundo, pero a este nivel, es urgente desarrollar sin más dilación iniciativas concretas que solucionen esta incómoda y, sobre todo, peligrosa situación para la salud. Entre otras propuestas, se aconseja invertir en transporte público más eficiente y establecer sanciones de obligado cumplimiento para quienes infrinjan las normas.

Existe, de hecho, desde 2004, un norma, la Ley 1.540, que trata de controlar la contaminación acústica y prevé castigos para quienes contribuyan al exceso de ruido en la ciudad. Pero, en la práctica, esta ley no ha resultado muy efectiva. Tal vez sea hora de cambiarla.

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