Algunas tradiciones suponen un atentado contra los animales. En la localidad guipuzcoana de Mutriku, se celebra, en el día del Puerto de las fiestas del Calvario, un evento que consiste en soltar varios patos en el mar para que los jóvenes del municipio los atrapen y se lo lleven a casa como premio. El problema era que, para que los patos tuvieran más dificultad en escapar de sus captores, se les cortaban las alas.
Este año, el Ayuntamiento de Mutriku, gobernado por Bildu, ha decidido sustituir patos vivos en el tradicional día del Puerto por patos de goma. La práctica de cortar las alas a los patos había originado las quejas de algunos de los vecinos, que consideraban que suponía un maltrato a los animales.
La asociación de protección de los animales ATEA (Asociación para un Trato Ético a los Animales) también había reclamado la prohibición de este festejo en varias ocasiones, sin conseguir ningún acuerdo con el anterior partido gobernante, el PNV.
El nuevo equipo del gobierno del Auntamiento de Mutriku, estudió las quejas y decidió que era preferible soltar patos de goma que llevarán distintos premios para los chavales que lograran cazarlos.
El cambio en el festejo iba a ser una sorpresa, pero ATEA hizo pública la medida en un comunicado en el que, además, felicitó a Bildu por la valentía de tomar una decisión que sus predecesores no se habían atrevido a llevar a cabo: proteger a los animales como una manera de hacer política progresista en el siglo XXI.
El Ayuntamiento se ha comprometido a no volver a emplear patos vivos en este acto festivo. ATEA ha señalado que aún queda por asegurar la supervivencia de los patos en el puerto el resto del año. En todo caso, el gesto del nuevo gobierno local es toda una declaración de intenciones en cuanto al respeto por el medio ambiente se refiere. Ojalá no sea la única acción en este sentido.