Además de ser más saludables y tener una mayor calidad, los alimentos ecológicos son sostenibles, tanto a nivel de recursos ambientales como desde un punto de vista ético. Pero aún hay más, mucho más, en realidad, porque la ética es un aspecto clave en la producción de alimentos y de productos orgánicos en general.
En efecto, aunque son muchos los que prefieren comida ecológica por considerarlos una opción gourmet muy apetecible, lo cierto es que la producción misma de este tipo de alimentos tiene un significado que va más allá de una simple elección como producto de lujo.
Es cierto, sus precios suelen ser más altos de lo habitual, peor ello no significa que lo sean porque se trate de un producto exclusivo, sino más bien por otros motivos, que por cierto estuvimos analizando en un post anterior.
Para llegar a ese trasfondo, se hace necesario aludir a la sociedad del bienestar en la que vivimos, caracterizada por un consumismo salvaje de todo tipo de cosas, desde alimentos hasta envases y bienes materiales de todo tipo. Lógicamente, ello supone el despilfarro de bienes que son inmateriales, el uso y abuso de recursos limitados como son el agua, la madera, el aire puro… y también ecosistemas enteros, fauna y flora incluidas.
Básicamente, se nos ha acostumbrado a consumir sin medida, con el fin de multiplicar los beneficios económicos, que también crecen exponencialmente. El resultado no es otro que una sociedad poco o nada respetuosa con el entorno, con los seres vivos y, en fin, con el planeta, el hogar de todos.
Un consumo reflexivo
En el olvido quedan cuestiones tan importantes como la protección de la naturaleza o evitar el sufrimiento animal provocado por el hombre o directamente el fin del mundo, al menos tal y como lo conocemos. Lejos de ser a realidad palmaria que no dejan de recordarnos los científicos: la consecuencia será el fin de nuestra especie y el de otras muchas, que ya están extinguiéndose por nuestra exclusiva culpa.
El consumo de alimentos ecológicos, dentro de este contexto, tiene que ver con una ética que aboga por la protección de la naturaleza por razones no utilitaristas. Si hay que cuidarla, si hemos de ser respetuosos con ella no es porque de ello vaya a depender la supervivencia de nuestra especie. Por el contrario, se busca una defensa ambiental por sí misma, que no precisa de justificaciones, por muy beneficiosa o necesaria para la vida que sea.
Las 5 razones éticas
Los motivos por los que uno decide elegir la comida ecológica son una cuestión muy personal, qué duda cabe, pero no está de más dejar apuntadas cinco razones éticos por las que creemos que realmente merece la pena consumir productos orgánicos:
1. Cuestión de principios: Contribuir a la protección de nuestro entorno como consumidores eco-responsables significa tener valores que hacen una gran diferencia o, al menos, la haría si la opción ecológica acabara siendo mayoritaria. Detrás de esa decisión de compra o de ese huerto ecológico que cultiamos en el balcón o en un pequeño huerto urbano estamos manifestando nuestra preferencia a la conservación de la naturaleza, por delante de los intereses económicos y políticos.
2. Apostar por un mundo mejor: La producción ecológica está vinculada a un modelo económico que fomenta el comercio justo y las economías locales son más humanas. O, al menos, esa es su esencia, lo que significa mucho más que una opción a la hora de llenar el carro de la compra.
3. Cuidar el bienestar de los animales: Desde cuidar la biodiversidad hasta dar un trato menos inhumano a los animales de granja, los alimentos orgánicos son siempre una opción más respetuosa con los animales. Naturalmente, ser vegano todavía lo es más, un escalón superior al que siempre se está a tiempo de subir…
4. Ser más respetuosos con la naturaleza En este capítulo caben desde las tres famosas erres de la ecología (reducir, reciclar y reutilizar) plasmado en menos envases y residuos, menos pesticidas que acaban en el mar o ríos, etc, hasta una menor deforestación, menos talas, etc. Sin duda, un medio ambiente sostenible es una naturaleza respetada.
5. Cuidar el planeta para futuras generaciones: Defender a los animales y las plantas, preservar la biosfera como gran ecosistema planetario es manifestar que todos compartimos un mismo hogar. El hogar de futuras generaciones.