Cinco trucos para mejorar la calidad del aire en tu hogar

Salon comedor
Mejorar el aire de espacios interiores es sinónimo de descontaminar el hábitat donde respiramos y vivimos, el lugar en el que pasamos mucho tiempo, solos o en familia. Así, al margen de cuántas personas vivan en una casa, de su tamaño y de su ubicación, la calidad del aire de un hogar dependerá, sobre todo, de las costumbres que tengan sus habitantes, desde los productos de limpieza que utilicen, el fumeteo, el uso de ambientadores o, por ejemplo, la falta de ventilación.

Lógicamente, las casas con una ubicación en ambiente especialmente polucionado, o con una mala distribución, que tenga muchas habitaciones interiores, sufrirá una ventilación deficiente y su calidad del aire será mucho peor que la de otras viviendas con características más favorables. Sin embargo, comparando condiciones similares hay una serie de factores que dependen de nosotros a la hora de mejorar la calidad del aire.

Cinco consejos prácticos

En el día a día, podemos hacer muchas cosas para mejorar la calidad ambiental del hábitat doméstico. Lo ideal es sumar varios de ellos, pero solo con llevar a cabo alguno de los siguientes consejos conseguiremos una gran diferencia y respirar un aire más limpio en casa:

1. Limpieza ecológica: Optar por una limpieza ecológica, que deje a un lado los productos limpiadores convencionales, basados en composiciones químicas, es un gran paso para reducir la polución ambiental del hogar.

A su vez, hacer uso de la aspiradora puede ayudarnos como alternativa a muchos productos de limpieza habituales, por lo que será un buen complemento tanto si usamos productos químicos o o ecológicos. Estos, a su vez, pueden comprarse o fabricarse de forma artesana.

Sobre todo, evitemos los sprays químicos que cargan la atmósfera de sustancias sintéticas, así como los ambientadores. Una opción fácil, al alcance de todo el mundo consiste en pasar un paño húmedo sobre las superficies para eliminar el polvo. Nunca usar plumero, pues sobrecargaremos la atmósfera con polvo, ácaros y contaminantes de todo tipo. entre otros los nefastos compuestos orgánicos volátiles o COV.

También hemos de ser precavidos a la hora de elegir pinturas, barnices o pegamentos, así como tejidos que acumulen polvo y sean difíciles de lavar, como el suelo de moqueta, alfombras y cortinas.

Es obvio que si no fumamos tendremos mucho ganado y que, para acabar con el olor del tabaco u otros malos olores la solución no son los ambientadores ni los productos de limpieza agresivos.

2. Menos es más: Lo aconsejable es tener una casa despejada, sobre todo en lo que respecta a esos objetos y superficies que hemos mencionado, como peluches, alfombras en el suelo colgadas de la pared, y moquetas, tapizados y similares.

Si tenemos mascota, simplemente vigilemos su higiene (los gatos no necesitan bañarse, por cierto) y la limpieza de sus accesorios para que no agraven la situación.

Purificador de aire
3. No olvides ventilar: Ventilar la casa un mínimo de 15 minutos es esencial, independientemente de la contaminación que haya afuera. Abramos las ventanas a las horas de menos tráfico o cuando menos carga de polen haya en la atmósfera y simplemente dejemos que el aire se renueve. Bastarán unos minutos para conseguirlo, luego cerramos la casa, y repetimos la operación a diario.

4. Controla humedades: Inmantener a raya mohos y humedades también es prioritario. A menudo se trata de un problema de infraestructura, de alguna avería o de una ventilación deficiente y se hace necesario hacer obras o, en todo caso, aplicar tratamientos de ozono o similares para su control.

5. Ayúdate de la tecnología: El aire acondicionado con filtros, los purificadores, humificadores pueden ayudarnos a mejorar la calidad ambiental, sobre todo los filtros HEPA y filtros de carbón activo, ambos de alta eficiencia. Asimismo, la ionización ambiental ayuda a purificar la atmósfera y a reducir la carga electromagnética que provocan las pantallas de ordenadores, televisores y otros aparatos electrónicos.

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