Lo bonito de hacer coronas navideñas con objetos reciclados es el increíble campo de acción que tenemos para conseguir resultados tan fascinantes como decorativos. Su sencilla forma, un simple círculo, invita a utilizar o, mejor, a reutilizar todo tipo de materiales que tengamos por casa o que recojamos durante un tiempo para llevarlas a cabo con éxito.
Casi cualquier cosa nos sirve, desde unas simples cajitas de bombones dispuestas de forma geométrica (en la imagen puedes ver cómo dibujan una escalera en el exterior y una cruz en su interior), pongamos por caso, hasta un buen montón de coloridos envoltorios de chocolatinas o de cajitas de chicles, y hasta unos móviles viejos o juguetes.
La imaginación y el sentido de la estética mandan aquí, en el reino de las coronas más disparatadas y originales, pues las posibilidades de hacerlas de mil y un modos con material reciclado son casi infinitas. ¿Qué tal utilizar unas hojas de otoño recogidas en un paseo por la naturaleza? Una vez le hayamos dado la forma, quizás sería buena idea colocar unas cuantas piñas o frutos de otoño, como castañas o cáscaras de nueces, almendras, avellanas…
Un regalo original
Podemos elegir tal o cuál materia prima para confeccionarlas en función del lugar donde vayamos a ponerlas. Lucen de maravilla no sólo en la entrada de casa o sobre una mesa, sino también en cualquier otro lugar como colgadas de la pared o incluso del techo. Eso sí, tengamos cuidado si hay niños pequeños cerca o mascotas, pues podrían tragar parte de ellas en un descuido.
Si nos sentimos especialmente orgullosos del resultado, también sería genial regalar nuestra pequeña obra de arte a amigos o familiares. No sólo ahorraríamos en regalos, sino que lo haríamos reciclando, sorprendiendo y, a buen seguro, provocando más de una sonrisa.