La polución ambiental estropea nuestro cutis. Día a día, las partículas contaminantes presentes en el aire lo ensucian y deterioran, salvo que pongamos remedio a ello. ¿Pero, cómo hacerlo de forma natural y casera? En este post te damos algunas sencillas pautas para combatir este problema.
No serán la panacea, qué duda cabe, puesto que la polución supone un serio problema de difícil solución también para lucir una piel saludable, bonita y, en fin, llena de vida, pero sí puede ayudarnos a protegerla y también restablecerla.
Adiós a la polución
Si bien es cierto que la contaminación del aire en la ciudad afecta de forma importante a nuestro interior, pudiendo provocar problemas de salud importantes, no lo es menos que la piel también lo sufre. Numerosos estudios científicos demuestran que la polución causa envejecimiento y daños cutáneos.
Los cuidados del rostro para combatir los estragos que provoca en la piel la polución son muy sencillos. Dos de ellos no se refieren a los cosméticos externos. O, al menos, no precisan de ellos para lograr grandes resultados.
Dormir bien, es decir, un mínimo de horas y con un sueño de calidad es un gran aliado de la belleza natural. Como es bien sabido, durante la noche se regeneran las células, si bien es importante irse a la cama con la cara bien lavada.
También podemos hacernos un buen peeling. Nos servirán un sinfín de ingredientes, sin necesidad de más complicaciones. Desde la sal marina hasta la ralladura de polvo de cítricos, el bicarbonato de sodio o la esponja de konjac.
Los aceites vegetales pueden ser un gran aliado para restablecer el equilibrio del cutis, además de ser muy útiles a la hora de conseguir una barrera que nos ayude a reducir los efectos negativos de la polución. Entre otros, el aceite de oliva virgen extra bio, el aceite de argán o el aceite de coco, ambos también ecológicos.
El aloe vera es otro producto natural que puede ayudarnos sobremanera a protegernos de la polución. Podemos adquirirlo tal cual, de tipo puro y procedente de cultivos ecológicos o bien obtenerlo de nuestro huerto, jardín o maceta.
Nos ayudará antes y después, si bien puede provocar un efecto alérgico que podría deberse a una excesiva concentración. Si lo rebajamos con agua, las más de las veces se resuelve el problema.
El bicarbonato de sodio es un producto ecológico que nos ayudará calmar la piel. Sencillamente, habremos de mezclar una cucharada sopera con agua hasta obtener una pasta tipo crema que extenderemos a modo de mascarilla.
Además de tener un efecto calmante en la epidermis, esperar que haga su efecto durante diez o quince minutos tumbados o recortados nos ayudará a relajarnos. En otras palabras, si conseguimos decir adiós a las tensiones diarias, la piel se beneficiará de forma indirecta.
Acabar con los puntos negros o, aún mejor, prevenir su aparición requiere ser constantes en la aplicación de remedios. Para estos casos, buscar una solución eco puede traducirse, por ejemplo, en usar zumo de limón.
Idealmente, zumo de limón orgánico. Es decir, podemos recurrir a los restos de limones ecológicos para este uso cosmético y otros tantos, como explicamos en un anterior post.
Nos ayudará tanto el zumo de limón aplicado junto con bicarbonato de sodio, pongamos por caso, extendido en forma de suaves masajes circulares. O también convirtiendo su piel en polvo y luego aplicándolo de igual modo, emulsionándolo con unas gotas de agua.
Si queremos beneficiarnos de las propiedades purificantes de los aceites esenciales, también sería interesante añadirlos a la mezcla. Si lo preferimos, obtendremos una limpieza más profunda si previamente a cualquier tratamiento abrimos los poros con vapor, en cuyo caso unas gotas de aceite esencial es otra opción.