Cuando se habla de contaminación en el sector del transporte o del tráfico rodado, siempre se tiende a pensar en los vehículos, camiones, motos… Sin embargo, hay otros elementos que también contaminan. Es el caso del asfalto. Una sustancia que está presente en carreteras, autopistas, techos, entradas de vehículos garajes u otros estacionamientos, pero de la que ahora se ha visto que también tiene incidencia en la contaminación. Una nueva investigación así lo constata.
El estudio
Un equipo de investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, ha realizado un estudio en el que se han analizado los asfaltos comunes que se emplean para carreteras y techos.
Este análisis ha permitido comprobar que estos asfaltos producen mezclas complejas de compuestos orgánicos –incluyen contaminantes peligrosos-, en un rango de temperatura y condiciones solares típicas.
Este estudio, que se ha publicado recientemente en Science Advances, pone así de manifiesto que no solo las emisiones proceden de los vehículos a motor o de otras fuentes relacionadas con la combustión.
En concreto, hay otros aspectos que no se relacionan con la combustión que, sin embargo, contribuyen a esa contaminación como sucede con el asfalto. Una conclusión a la que el equipo de investigadores llegó tras coger asfalto fresco y calentarlo a diferentes temperaturas.
Los ensayos
Estas pruebas constataron que los productos relacionados con el asfalto emiten mezclas sustancias y diversas de compuestos orgánicos al aire, que tiene una fuerte dependencia de la temperatura y de otras condiciones del ambiente.
Por ejemplo, las emisiones en relación a las temperaturas de verano se estabilizaron, pero se mantuvieron a un ritmo constante. Un hecho que, para los investigadores, indica que hay emisiones continuadas a largo plazo del asfalto en las condiciones del mundo real.
De este modo, se comprobó que, con el asfalto expuesto a una radiación solar moderada, se produjo un aumento de las emisiones de hasta el 300% para el asfalto de carreteras. Un dato que, además, ha evidenciado que no solo influye la temperatura en las emisiones, sino también la radiación solar.
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