El Guernica pintado en troncos de árboles salva un hayedo


El Guernica fue pintado en 1937, en plena Guerra Civil Española. Fue un encargo que tenía como objetivo atraer la atención del mundo hacia la causa republicana. Por tanto, ya desde su origen, fue una obra de arte reivindicativa, una protesta política que defendía la democracia y denunciaba los borbardeos fascistas.

Ahora se ha vuelto a usar el icono pictórico de Picasso para otra acción reivindicativa. En este caso, la defensa de la naturaleza. Incluso de la paz, como lo fue en su origen, pues es paz lo que se siente al visitar el hayedo de Zilbeti, en el Valle de Erro, en el pirineo navarro.

Este bello paraje natural se encuentra amenazado por un proyecto minero, un proyecto de una cantera de magnesita. En el pueblo más cercano, sólo viven veinte vecinos. En otras palabras, no se esperaba una numerosa y llamativa protesta social. Pero ahí es donde la empresa minera se equivocaba. Quizá la protesta no ha sido numerosa, pero sí ha sido llamativa.

El Guernica ha sido pintado en los troncos de los árboles y, de momento, la acción ha conseguido parar el proyecto minero, salvando árboles centenarios, donde habitan pájaros únicos, y límpidos arroyos. Es, por otra parte, el primer espacio natural de España que se incluyó en la Red Natura 2000, red de espacios protegidos de Europa, pero cuando de ganar dinero se trata las empresas (con el permiso del Gobierno de Navarra en este caso) no se detienen ante nada.

El poder del arte


La Coordinadora Monte Alduide y la organización ecologista SEO/BirdLife han coordinado a los vecinos de los valles pirenaicos donde se ubica el hayedo para llevar a cabo esta original forma de protesta. Así, el Guernica de Picasso ha vuelto a tomar vida y se ha convertido en un símbolo contra de la destrucción del bosque. Se han salvado 85.000 árboles de la tala. Este especial Guernica ocupa unos ochocientos metros cuadrados y, en alguno de los árboles, se ha llegado a pintar a diez metros de altura.

Deja una respuesta