Muchas veces se piensa en la contaminación del aire y de los bosques, pero se tiende a olvidar la de los océanos y mares, a pesar de que es preocupante y tiene importantes consecuencias no solo para el ser humano, sino también para las especies que habitan en sus aguas. Una conciencia que, ahora, parece que se toma con la creación de la mayor reserva marina de Norteamérica y que estará en el Océano Pacífico.
La reserva
La iniciativa se pone en marcha desde México, cuyo gobierno acaba de anunciar recientemente que va a crear una reserva marina en el Océano Pacífico, que tendrá una superficie de 148.085 kilómetros cuadrados. Una extensión con la que se convierte en la mayor de Norteamérica.
Esta reserva se localizará, dentro de este océano, en el archipiélago de Revillagigedo (fue reconocido como Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2016), que se halla en la zona de convergencia de las aguas de baja temperatura de la corriente de California con las más templadas, que proceden de la costa mexicana.
Estas corrientes en este archipiélago, que consta de islas y montes submarinos, hacen que se generen unas condiciones especiales para la existencia de una especie de manantial de nutrientes desde el fondo del mar hacia la superficie. Esto propicia que haya una gran afluencia de vida marina y de especies en esta zona.
De hecho, este archipiélago –en concreto las islas que están en la zona más lejana del Pacífico mexicano-, acoge el mayor número de especies de coral del pacífico mexicano. Una característica con la que se ayuda a mantener a 366 especies de peces, cuatro tipos de tortugas y 47 clases de tipos de tiburones y rayas, así como de ballenas jorobadas en la etapa de migración.
Próximo objetivo
Esta reserva es un primer paso para proteger los océanos y es fruto de la colaboración del Gobierno de México y de Ocean Unite. Una sinergia en la que se quiere avanzar para conseguir un objetivo mayor. Y es que ambos quieren que, para el año 2030, esté protegido el 30% de océano como mínimo.