El smog es algo así como una activador y agravador de alergias. En sí, no es un alérgeno, pero sí puede llegar a irritar y aumentar el número y gravedad de los síntomas de alergia, advierten los expertos.
¿Has notado que tu alergia empeora, o que eres alérgico por sorpresa? Según las estadísticas, cada vez son más las personas que las sufren. De año en año se incrementan los casos, así como la gravedad de los síntomas.
Se producen cambios químicos
Según un reciente estudio del Instituto Max Planck si bien el smog es la suma de distintos gases y partículas contaminantes, son especialmente dos de ellos, el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono, los que más contribuyen a este «aumento sin precedentes» del número de personas que experimentan los típicos síntomas alérgicos durante la primavera, como estornudos, sibilancias, problemas respiratorios, ojos enrojecidos, lagrimeo, malestar general…
Si en trabajos anteriores se había observado una alteración del aire a consecuencia de la interacción que se produce entre los mismos componentes del smog, -entre los que también se encuentra el polen-, en esta ocasión se ha querido profundizar en esta cuestión. Y los resultados han sido de espanto.
En concreto, los científicos estudiaron las mutaciones químicas que se producen a consecuencia de la mezcla de estos gases en la proteína Bet v 1., el alérgeno principal del polen de abedul. Se hicieron simulaciones de laboratorio, controlando los niveles de ozono y dióxido de nitrógeno.
El estudio consiguió probar que el ozono oxida un aminoácido llamado tirosina, responsable, en parte, de que se formen estas proteínas alergénicas. Básicamente, los dos gases propician una serie de reacciones químicas que acaban uniéndose a estas proteínas, haciendo que resulten más nocivas para las personas.
Al alterarse sus estructuras provocan efectos indeseables en el organismo humano, convirtiéndose en «alérgenos más potentes». En particular, en contextos donde hay smog, los cambios quimicos que se producen se unen a los efectos del ozono, provocando una respuesta inmune del cuerpo a los alérgenos (los síntomas mencionados), en especial en ambientes húmedos en los que el smog alcanza niveles altos peligrosos para la salud.
A pesar de lo dañino que resultan estas reacciones químicas, los científicos sostienen que estas consecuencias son solo un aviso de los efectos tóxicos que puede llegar a regalarnos la creciente contaminación. El trabajo se presentó en la 249 reunión de la American Chemical Society (ACS).
De hecho, en un intento de profundizar en las consecuencias que pueden llegar a tener estos cambios, la investigación sigue avanzando. Su próximo objetivo es identificar mutaciones en otras proteínas alergénicas que pueda haber en el medio ambiente y observar sus efectos.
Los científicos no quieren dejar pasar la oportunidad de entender sus efectos sobre el sistema inmunitario humano, lo que permitirá conocer de forma más precisa el daño que puede hacernos el smog a nivel de los procesos químicos que se desencadenan. Sus avances refuerzan la teoría de que la contaminación atmosférica está relacionada con en el aumento de las alergias en todo el mundo.
¿Qué es el smog y cómo protegerse?
El smog es una mezcla de gases y partículas, entre ellas el ozono, óxidos de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), dióxido de azufre (SO2) y compuestos orgánicos volátiles como el humo, el polvo o el polen (COV), que reaccionan con la luz sola, provocando distintas reacciones y problemas de salud.
Mantenerse a salvo del smog requiere protegerse tomando las debidas precauciones, que pueden ir desde alejarse de las zonas contaminadas, incluso mudarse si fuese posible, salir solo cuando la calidad del aire tenga niveles más tolerables o, en casos extremos, incluso hacerlo con el uso de máscaras para cubrir su boca y nariz con el fin de filtrar las partículas que pueden agravar las alergias.