El bicarbonato de sodio tiene usos ecológicos muy prácticos para mejorar la sensación de confort en nuestro hogar. Su utilización nos ayuda de mil maneras tanto a desodorizar como a limpiar absorbiendo olores molestos de distintos tipos.
A diferencia de los productos limpiadores convencionales, de composición química, se trata de un producto biodegradable no agresivo con nuestro olfato, además de resultar económico y desinfectar al tiempo que elimina pestilencias.
Aplicarlo es ten sencillo como espolvorearlo sobre una superficie que deseemos limpiar, refrescar o simplemente desodorizar. Todos estos resultados los obtendremos en alfombras, sofás y otros tapizados. En concreto, se reparte el polvo sobre el espacio a tratar, dejando actuar durante unos minutos y retirando finalmente con la aspiradora o de cualquier otro modo.
También es un producto activo a la hora de hacer la colada o de limpiar las cañerías, acabando con olores desagradables al tiempo que nos ayuda a blanquear la ropa y a desatascar las tuberías mezclado con agua caliente, respectivamente.
Mil y un usos
Lavarse los pies añadiendo al agua un par de cucharadas de bicarbonato es un modo eficaz de suavizar la piel y de conseguir una higiene extra que previene la formación de malos olores. Incluso puede añadirse una pequeñísima cantidad al dentífrico o al agua de enjuague para blanquear los dientes y mejorar el aliento, si bien se recomienda un cepillado suave y no tragar en ningún caso la mezcla.
Mantener a raya el olor de los zapatos o del cubo de la basura será tan sencillo como aplicar como si de un talco se tratarse, aunque los casos difíciles requieren acompañar esta medida de una limpieza regular. Mezclado con agua, será perfecto para hacer una limpieza en profundidad de la nevera y del microondas, pasanddo un paño y enjuagando a continuación.