Los paneles solares o las turbinas de viento podrían acabar siendo sustituidos por un tipo de energía verde más renovable que aquellas. Sobre todo, porque para su obtención no exigen el uso de materiales no ecológicos.
Se trata de energía bio solar, es decir, limpia y renovable. En particular, de aquella que se vale de la fotosíntesis para obtener energía renovable. Una de sus variantes utiliza a las medusas como materia prima, y podría convertirse en una tabla de salvación para los hogares sin acceso a las fuentes de energía convencional.
¿La energía del futuro?
Por otra parte, se conseguiría dar un uso a las medusas, cuya sobrepoblación causa estragos en los ecosistemas de forma recurrente, si bien resulta obvio que solucionar este desajuste exige medidas que ataque su origen, por otro lado multifactorial.
¿Pero, volviendo a nuestro propósito, cómo obtener energía a partir de estos animales? La clave está en ciertas células de las medusas, aprovechables para generar energía solar. Por ahora, solo es un proyecto, pero la idea es bien clara: se trata de crear células solares hechas con una sustancia viscosa similar al de las medusas para aprovechar la energía del sol.
Aplicando la tecnología adecuada, proteínas extraídas de las medusas de oro pueden ayudar a crear una célula fotovoltaica (solar), según proponen investigadores en Suecia. En otras palabras, nuestras necesidades energéticas algún día podrían ser alimentadas por medusas, bacterias o plantas.
Se trataría de una obtención energética de bajo costo que se enmarca en la producción de energía aprovechando los procesos de fotosíntesis de las plantas, incluidas las que ingieren éstas. Entre sus ventajas, ser una alternativa limpia a los combustibles fósiles y, con respecto a aquellas, no implicar una limitación de recursos.
Es lo que ocurriría si se extendiera de forma masiva el uso de paneles solares o turbinas. Hay que admitir, sin embargo, que las medusas también son una materia prima limitada si de usos a gran escala se tratase, a no ser que se criasen de forma expresa.
Al margen de la ética animalista que también se achacaría a este uso, lo cierto es que podría realizarse con otros seres vivos, como vegetales, algas o bacterias, pongamos por caso. A partir de ellas se sacaría partido de la energía solar a través de la fotosíntesis.
Se como fuere, el objetivo es la obtención de energía limpia, asequible y sostenible. En las primeras fases de investigación, los expertos sugieren un posible uso de la tecnología biosolar como respaldo de las tecnologías convencionales.
Entre distintos intentos, cabe mencionar como punteras las investigaciones realizadas por científicos de la Universidad de Tennessee, pioneros en el estudio de la energía biosolar. Actualmente, el equipo liderado por el bioquímico Barry Bruce está buscando el modo de extraer esta energía de las plantas de una manera económica.
En concreto, se busca producir una gruesa pasta creada con clorofila con el fin de hacer pequeños paneles solares que ayudaran a cargar dispositivos de distinto tipo que requieran poca energía. Aunque hay un largo camino por recorrer, en el futuro aprovechar las células solares biológicas podría ofrecer grandes beneficios, y las medusas son grandes candidatas para la optimización de celdas solares.
Distintos proyectos se han centrado en ellas y algunos de ellos están trabajando en ello. Lejos de ser una cuestión de ciencia ficción, básicamente se reclama más financiación para poder obtener resultados viables.
En el camino pueden ir produciéndose logros realmente valiosos, como la producción de energía para abastecer a comunidades marginales, que no tienen electricidad para la iluminación de sus casas y el uso de electrodomésticos, así como para cargar pequeños dispositivos.