Objetos tan cotidianos como una regadera, unas zapatillas de deporte o un coche pueden hacerse realidad de un modo insólito gracias al talento del artista búlgaro Pavel Sinev. Y conseguirlo no es poco, sobre todo si consideramos que se han ido modelando a golpe de cable, a la postre su materia prima.
Parecía imposible de lograr, pero sólo hasta que llegó Sinev y demostró que, bien enrollados, los cables eléctricos y de todo tipo pueden cobrar vida de las formas más inesperadas. Es más, a juzgar por los resultados, en realidad pueden encarnarse en casi cualquier cosa.
Para realizar las esculturas simplemente se han empleado cables, eléctricos y de todo tipo, así como bandas de sujeción tipo corbata en cantidad considerable, dependiendo del modelo. En algunos andan casi al empate con respecto al cable empleado, algo lógico, pues han de contener la tendencia de todo cable de permanecer estirado.
Reutilizar objetos cotidianos
El autor tiene creatividad a raudales, pero su formación académica (graduado en la Academia de Bellas Artes de Munich) también le ayuda a la hora de lograr acabados profesionales. No tiene precio su regadera hecha enrollando una manguera de jardín o su impresionante coche, toda una pacienzuda obra que, más allá de gustar o no gustar, no deja indiferente a nadie.
Su propuesta nos queda un poco a desmano a la mayoría de los mortales porque, sencillamente, no tenemos su arte para obtener algo tan brillante. Sin embargo, su mensaje sí llega a todo el mundo, su clara demostración de las nuevas posibilidades de reutilización que podemos encontrar a materiales de uso común. Sólo hay que echarle un poquito de imaginación para sorprender y sorprendernos a nosotros mismos con un resultado interesante o, cuanto menos, práctico.