La erosión del suelo sigue avanzando en España. Los últimos datos dados conocer por el Colegio Español de Geólogos no reflejan un panorama muy alentador: el 66% del territorio español está actualmente en proceso de erosión. Y eso no es todo, aunque las zonas más afectadas se localizan el sureste, lo cierto es que es un proceso que cada vez se observa más en el interior.
El avance
El 30% de la superficie española –es decir alrededor de 15 millones de hectáreas-, esta sometida a procesos graves o muy graves de erosión hídrica. Además, el 24% está expuesta a una erosión moderada.
Estos datos son especialmente importantes porque, para crear dos centímetros de espesor de suelo, la naturaleza tarda 1.000 años, pero España pierde esos dos centímetros cada 20 años.
De este modo, se estima, al extrapolar las cifras, que de los 52 millones de hectáreas del territorio español, alrededor del 66% está afectada por procesos erosivos. Es decir, unos 34 millones de hectáreas.
Estos procesos están, además, derivando en una progresiva desertización. Las últimas cifras corroboran que España pierde unos 1.500 millones de toneladas de suelo por erosión cada año. Una cifra que es equivalente a perder 3.000 toneladas de suelo cada minuto.
Consecuencias
El avance de la erosión es especialmente preocupante porque los suelos sanos son fundamentales para los alimentos, combustibles, fibras y productos médicos, así como para los ecosistemas. Aparte, su papel es clave en el ciclo de carbono, almacenando y filtrando el agua.
La progresiva erosión pone en jaque todas estas funciones, agravando cada vez más un problema que tiene una difícil solución y no solo por este proceso, sino también por la falta de lluvias, los incendios y los efectos del cambio climático como el aumento de las temperaturas y la mayor aridez. Son factores que se prevé que multipliquen el avance de la desertización de las tierras hasta el año 2040.
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