En Klevan, Ucrania, tienen un famosísimo túnel del amor que es de color verde lechuga, y no sólo enamora, sobre todo fascina. Porque, no cabe duda, es difícil resistir las ansias de entrar en tan evocador pasadizo, por el que los enamorados pueden pasear, los paseantes pedir deseos o los románticos soñar, pero siempre atentos al paso del tren que, chino chano, de vez en cuando también cruza este maravilloso enclave.
Sólo con echar un vistazo a las fotos se entiende que este túnel no apto para despistados se haya covertido en una atracción popular a nivel mundial. Su increíble frondosidad y lo inesperado de la estampa consiguen hechizar a amantes de la naturaleza y, en realidad, a casi todo el mundo. Casi hay que frotarse los ojos para creer que no se trata de un sueño, que eso que encontramos en medio de un bosque en las afueras de aquella aldea, no es producto de la imaginación.
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