Las aguas coralinas de Cancún tienen ahora un nuevo aliciente. Son un marco inigualable en el que se alojan 450 grandes esculturas de figuras humanas de lo más expresivas que se exponen bajo el agua desde hace casi un par de años.
Los peces tropicales curiosean alrededor de ellas, creando un entorno increíblemente bello que no ha dejado de concitar el interés del mundo entero desde su inauguración el pasado 26 de noviembre del 2010. Cuando están a punto de cumplir su segundo aniversario sumergidas en tan insólito espacio, estas obras del británico Jason de Caires Taylor.
El Museo Subacuático de Arte se halla en un lugar privilegiado del caribeño mar mexicano, concretamente entre las costas de Cancún e Isla Mujeres, dentro de una zona protegida, por lo que su gran éxito no sólo ha supuesto una ganancia de más de 36 millones de dólares en todo este tiempo, sino que además se promueve el respeto por la naturaleza. Asímismo, las esculturas ayudan a repoblar la fauna marina al constituir un particular tipo de arrecifes coralinos artificiales, pero perfectamente válidos.
Ecoturismo submarino
El museo está dividido en dos galerías (Salón Manchons y Salón Nizuc) que se encuentran a ocho y tres metros de profundidad, respectivamente, y las esculturas están fabricadas con cemento ecológico. Lógicamente, pues, su visita sólo es posible para los amantes del buceo.
Como nota curiosa, la razón de que su autor -escultor y fotógrafo- haya elegido el fondo marino para exponer sus obras tiene que ver son su amor por la naturaleza. Desde muy pequeño exploraba los arrecifes de coral en Malasia y por ello su mayor pasión es aunar un proyecto de ecoturismo con la expresión artística.