Los trabajadores de las industrias químicas están expuestos, en su trabajo diario, a la contaminación que desprenden los productos que manejan. El sector, en especial, los laboratorios, tratan de proteger completamente a sus empleados. Ahora, un nuevo método, no sólo protege, sino que además avisa de que hay sustancias químicas peligrosas para la salud humana.
El guante lleva incorporado un sensor que se vuelve azul en cuanto se pone en contacto con sustancias químicas peligrosas. Los trabajos que más se van a beneficiar de esta innovación serán los del sector químico, las fabricas de semiconductores y los laboratorios farmacéuticos.
Se ha tratado de resolver un grave problema: muchas de estas sustancias agresivas son imperceptibles para los sentidos del ser humano. Por ello, este tipo de trabajos es peligroso. Además de la protección física, máscaras, guantes, trajes especiales, las empresas cuentan con detectores como equipos de medición sensibles al calor.
Pero la nueva innovación es más inteligente y más fácil de manejar. Por otra parte, no necesita una fuente de energía para funcionar. Los responsables de los guantes que detectan la contaminación química son investigadores del Fraunhofer Research Institution for Modular Solid State Technologies EMFT, en Regensburg. El guante es capaz de detectar si hay sustancias tóxicas en el aire circundante.
Un detector para cada químico
Los guantes están equipados con materiales sensibles a la presencia de sustancias tóxicas y que cambian de color. Así, si el guante pasa de incoloro (sin sustancia tóxica) a azul, advierte el empleado inmediatamente de que está en contacto con un producto tóxico. Los guantes pueden detectar gases como el monóxido de carbono o el sulfuro de hidrógeno.
El sistema se puede usar para otras aplicaciones, como para una rápida detección de fugas en las tuberías de gas. De momento, puede servir para proteger a los empleados de las fábricas donde se tinta la ropa, que usa productos muy contaminantes. A partir de ahora, sólo hay que diseñar guantes para cada tipo de químico que se quiera detectar. Para ello, es usarán diferentes test para encontrar las sustancias que reaccionen químicamente con el tóxico que se quiera detectar. El colorante debe adherirse con seguridad, sin desaparecer tras un lavado.