Ideas decorativas para reciclar cajas de frutas


Las cajas de madera que se utilizan para almacenar fruta son fáciles de conseguir en mercados, almacenes de alimentos, cooperativas o incluso podemos tenerlas acumuladas en nuestra propia casa, cogiendo polvo en un rincón. ¿Qué hacer con ellas? Hay un sinfín de maneras de darles usos prácticos y realmente decorativos sin apenas modificarlas.

Aunque nos parezcan inservibles, no lo son. Nada más lejos de la realidad. Antes de tirarlas o de condenarlas al olvido, intentemos reutilizarlas o reciclarlas. Serán perfectas para organizar la casa, para dar a nuestro hogar un toque vintage o simplemente moderno, de gran originalidad.

Organizar la casa

Es fácil imaginar cómo va a quedar el resultado de nuestra obra creativa porque, sencillamente, la caja no requiere grandes transformaciones para su uso. El truco para encontrarles un sinfín de utilidades consiste en colocarla de formas muy distintas y en lugares de todo tipo: de pie, colgadas de la pared, una sobre otra, del revés…

Otra manera de encontrar un uso para ellas es pensar qué necesitamos, qué función podría tener una caja de paredes más o menos altas para solucionar problemas de organización de objetos en las distintas habitaciones. Ayudan a organizar juguetes, objetos que queramos tener a mano, sirven de estantería y de contenedores.

Una vez decidido su uso, simplemente ideemos cómo podemos hacerla encajar en la decoración. Ello significará hacer algún cambio en ella, o quizás todo lo contrario, dependiendo del efecto buscado. De hecho, a veces basta sólo con una limpieza para obtener un tono de madera viejo muy bonito. En otras ocasiones se necesita lijar, barnizar, pintar y personalizar con carteles o palabras pintados que identifiquen su contenido si están apiladas o no alcanzamos a ver qué hay dentro o simplemente por un motivo estético.

Con ellas podrás organizar mejor la casa. Nos servirán de revistero, para guardar toallas, para guardar los juguetes de los niños (en este caso suelen colocarse ruedecitas), tener ordenados los rollos de papel de regalo, pósters y mapas enrollados o cualquier otra cosa que desees.


La versatilidad de las cajas de madera es similar a la de los palets. Las maneras de reciclarlos son tan variopintas que resulta sorprendente comprobar cómo puede cambiar el resultado si sumamos un mucho de imaginación y un poco de maña.

Sin ir más lejos, poniéndole una tapa a una caja de madera tendremos un baúl y, por ejemplo, apilándolas o colgándolas en la pared podemos crear un estiloso aparador en el que poder colocar objetos a placer. ¿Y, por qué no hacernos nuestra propia biblioteca utilizándolas a modo de estanterías?

Una cama para tu mascota

Si tienes una caja, prácticamente tienes una cama para mascotas. Sí es cierto, parece demasiado básico, minimalista, pero añadiendo un mullido cojín será más que suficiente para hacer feliz a tu animalito. Aunque, claro está, se pueden hacer auténticas virguerías a partir de una simple caja de madera, bien sea desmontándola (quitando los clavos, cortándola o despegándola) y aprovechando los listones para diseñar una cama como tú quieras.

O, por qué no, siempre existe la socorrida pero resultona posibilidad de personalizarla pintándola (elegir pinturas no tóxicas), escribiendo sus nombre o customizándola de cualquier otro modo, siempre ciudando que pegamentos, plásticos y demás materiales empleados no desprendan olores fuertes. Como ocurre con toda obra creativa de bricolaje, las posibilidades son muchas, tantas como dicte el magín, pero a veces menos es más. Por lo tanto, para no complicarnos, recordemos que perros, gatos, conejos y demás fauna doméstica agradecerá sobremanera una sencilla camita hecha con una caja y una buena almohada que quedará genial con una funda hecha con retales viejos.

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