El mismo concepto de mueble, ese poder moverlos, colocarlos aquí o allí, es clave para dar el gran paso en esto de hacer reciclaje creativo con ellos y, ¡oh maravilla!, darles una segunda vida en nuestro jardín.
La clave es atreverse, no tener barreras mentales a la hora de sacar afuera los muebles que ya no queremos, bien porque vamos a renovarlos y ya no tienen sitio en casa o porque hayan sufrido algún desperfecto. Aunque a priori no lo parezca, una silla rota, una cómoda, sillón o sofás viejos y vetustos, o cualquier otro mueble, tienen grandes posibilidades en nuestro porche o entre nuestras plantas.
Muebles de comedor o del dormitorio, sillas, mesas, aparadores, cajones, sillones… En realidad lo tenemos fácil. Aunque podemos hacer auténticas virguerías si somos unos manitas, e incluso hacer pequeñas obras de arte, pero lo cierto es que también podemos hacer infinidad de proyectos la mar de resultones sin necesidad de complicarse la vida.
Muebles únicos y originales
Bien pintándolos para darles un aire renovado que además contraste bien los vivos colores del jardín o dándoles una mano de barniz especial para exteriores, cualquier silla, mesita de noche o mueble con cajones puede convertirse en una original jardinera o macetero.
¿Pero, cómo hacerlo? En esto del reciclaje creativo la imaginación, el buen gusto y el sentido común son la clave del éxito, por lo que simplemente hay que abordar cada proyecto como un reto que ponga a prueba nuestro talento e ingenio para encontrar utilidad a nivel ornamental. Y, sobre todo, tengamos en cuenta que el resultado será bueno, inmejorable, si a nosotros nos gusta.
Convertir sillas en maceteros
Básicamente, convertir una silla en un macetero requiere ajustar la parte del asiento a la medida adecuada, y ello significará hacer un hueco del tamaño necesario para albergar una maceta o el receptáculo que deseemos utilizar para las plantas. Para ello utilizaremos las herramientas que necesitemos en función del tipo de silla y de nuestro diseño, tijeras, cúter, sierra… o, si deseamos conservar la silla intacta, sentemos la maceta en ella, también será bonito.
El respaldo será un elemento decorativo clave y, de hecho, las sillas con respaldos de madera trabajados dan mucho juego, ya sea respetando su color original como dándole una manita de pintura. Si queremos que el resultado sea perfecto, elijamos el color o colores en función de lo que vayamos a plantar.
Cajones como jardineras
Del uso convencional al inesperado, pero igualmente útil, -y puesto que el reto es convertir un mueble viejo en un elemento decorativo y funcional-, los cajones de todos los tamaños también son elementos ideales para transformarse en jardineras.
De nuevo se abre todo un mundo de posibilidades (pintarlos, barnizarlos, decorarlos con dibujos, usar de forma independiente o semi-abiertos dentro del mismo mueble, etc) a la hora de reciclar los cajones como jardineras, y también en esta ocasión el nivel de dificultad es mínimo.
Eso sí, no olvidemos aislar la madera de la humedad de la tierra utilizando un receptáculo intermedio o forrándolos de plástico y, en todo caso, se debe moderar el riego, por lo que las plantas suculentas u otras especies que necesiten poca agua serían una buena opción.
Del mismo modo, una mesa o mesita auxiliar pueden ayudarnos a que las macetas luzcan genial sobre ellas en un porche o, por qué no, será una locura maravillosa convertir una silla o pequeño sofá de madera en un columpio o balancín. ¿Y qué tal usar un cabezal como valla? La fórmula es sencilla: mucha imaginación… y dejar que sean los muebles los que elijan su lugar bajo el sol.
