El país más poblado del mundo, China, ha inaugurado la electrolinera más grande del país. Está ubicada en el distrito de Gaoantun, al este de Pekín. Es la mayor instalación de recarga y cambio de baterías situada en China. Es un paso más por la apuesta del Gobierno chino por aumentar el número de vehículos eléctricos y, por tanto, también de reducir las emisiones contaminantes y el cambio climático.
Esta nueva estación para vehículos eléctricos es capaz de proporcionar recargas rápidas a ocho vehículos a la vez, mientras que también se pueden realizar cambios de baterías, una operación que se realiza en seis minutos como máximo y con la que el usuario puede salir con la autonomía del coche completa.
China está realizando grandes esfuerzos por no ser uno de los países que más contamina del mundo, apostando por las energías renovables y también por la movilidad eléctrica o, dicho de otra forma, no contaminante. En unos años, se verá el resultado de este esfuerzo.
El país asiático tiene grandes problemas medioambientales. Sobre todo, la contaminación de sus ciudades y la dependencia de los combustibles fósiles. Con el desarrollo de los coches eléctricos se combaten ambos problemas. En especial, en las grandes urbes.
Los ciudadanos chinos están consiguiendo cada vez mayor poder adquisitivo y el parque móvil aumenta paulatinamente, algo que no es sostenible, ni respecto a los combustibles fósiles, ni en relación con la cantidad de contaminación que se genera. Los vehículos eléctricos pueden ser la única alternativa a este modo de vida.
Precisamente uno de los sectores que más está apostando por la movilidad eléctrica es el de los taxis. Fabricantes como BYD han realizado pruebas de larga duración que han sido un éxito. Quizá, en unos años, todos los taxis chinos sean eléctricos.
Las expectativas para el mercado de los coches eléctricos son muy ambiciosas en China. Se espera disponer de, al menos, medio millón de coches eléctricos circulando por sus carreteras antes de 2015. Esta cifra puede llegar a los cinco millones para el año 2020. Eso significaría evitar la emisión de toneladas de carbono a la atmósfera.