El 75% de la superficie terrestre está degradada en algún grado por los efectos del cambio climático, que conlleva el aumento de la desertificación o bien por la contaminación o deforestación, entre otros factores. Esto hace que muchas personas se encuentren en una situación vulnerable como consecuencia de esta degradación que, además, va en aumento.
Las víctimas
Y este impacto y degradación del 75% de la superficie de la tierra se estima que afecta a más de 3.200 millones de personas, que han pasado a estar en una situación de vulnerabilidad, según datos de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES) que ha tomado la base de la información compilada por la Unión Europea en un informe sobre desertificación global. Son datos dados a conocer con motivo del Día Mundial del Medioambiente.
Los datos reflejan que el aumento de la demanda de recursos naturales por consumo, unido al calentamiento global y fenómenos extremos asociados, son factores que están sometiendo a los territorios en amplias zonas del planeta a una presión insostenible. Esto está favoreciendo a su vez la destrucción, aparte de aumentar la deuda que los países desarrollados tienen con sus poblaciones.
Pasar a la acción
En este contexto, son varias las organizaciones y entidades como la Alianza por la Solidaridad-ActionAid las que abogan por la puesta en marcha de mecanismos para paliar y revertir esta situación.
Entre las medidas propuestas, se incluyen compensaciones económicas mediante un fondo que palíe daños y pérdidas en los países que no han provocado el cambio climático con sus emisiones, pero que sufren su impacto y sus consecuencias.
De esta manera, se hace necesario apoyar a las comunidades afectadas porque el problema no es baladí. Se estima que las pérdidas por el cambio climático oscilan entre el 24% y el 36% de la productividad agrícola en áreas de Centroamérica y África.
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