Los embalses de agua emiten más carbono que capturan y almacenan

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Al hablar de captura y almacenamiento de CO2 siempre se ha puesto en valor la importancia del agua. Pero, ahora, este papel puede estar en entredicho porque una nueva investigación ha puesto de manifiesto que los embalses de agua emiten más carbono que el que realmente capturan y almacenan.

El estudio

Los embalses tienen un importante papel para distribuir agua potable y producir energía eléctrica. Son funciones a las que se ha sumado su papel decisivo para capturar y almacenar CO2. Sin embargo, esta funcionalidad se ve ahora cuestionada en un nuevo estudio en el que se ha puesto de manifiesto que los embalses de agua emiten dos veces más carbono que el que capturan y almacenan.

Los embalses de agua siempre se han considerado desde hace ya bastante tiempo como uno de los más importantes sumideros netos de carbono, pensando que acumulaban más que emitían a la atmósfera.

Es una concepción que cambia radicalmente con el estudio realizado en la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona, junto con expertos del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental en Magdeburg (UFZ, Alemania) y del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) en Girona.

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Este estudio explica que las redes fluviales transportan grandes cantidades de materia orgánica de los ecosistemas terrestres hasta los océanos. Parte de esta materia orgánica es metabolizada por las comunidades acuáticas y se emite a la atmósfera como dióxido de carbono (CO2) o metano (CH4), que son dos gases que tienen un importante efecto invernadero.

De este modo, cuando el río desemboca en un embalse, este material orgánico se va acumulando progresivamente en los sedimentos. Así, se concentra una gran cantidad de carbono orgánico permanentemente enterrado en los sedimentos de los embalses.

Sin embargo, en un nuevo escenario para calcular el balance global del ciclo de carbono –se consideran también las zonas secas cuando baja el nivel del agua-, la situación cambia. Se contempla que, cuando el sedimento entra en contacto con la atmósfera, se estimulan los procesos de mineralización y se emite mucho dióxido de carbono.

Los datos

El estudio se publicado en la revista Nature Geosciences y la investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto C-HydroChange del Plan Nacional del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

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