En un anterior post vimos algunas de las bondades cosméticas del aceite de oliva, idealmente virgen extra y ecológico. Su uso a nivel interno y externo ofrecen un sinfín de posibilidades en la gastronomía y también en la cosmética.
En efecto, una de sus características es la versatilidad, así como su doble función cosmética y terapéutica, y precisamente por ello siempre hay nuevos usos que nos quedan en el tintero.
Belleza natural con aceite
Centrándonos en su uso en la comida, además de lucir una piel saludable. Sobre todo, podremos aprovechar sus propiedades en crudo, ya sea en ensaladas o echando un chorrito sobre sopas y cremas o, por ejemplo, al hacer una mayonesa.
Además de su alto nivel de vitamina E, como apuntamos, también es una fuente importante de otras muchas, como la D, la A y la K. En lo cosmético, tanto ingerido como aplicado de forma externa tiene un efecto protector y tónico sobre la piel.
También repasamos sus ventajas a la hora de nutrir el pelo, equilibrar el cuero cabelludo y como acompañamiento de un ingrediente exfoliante para hidratar al tiempo que retiramos la capa más superficial de la piel. Pero hay más, mucho más, y te lo contamos a continuación.
Además, puede ayudarnos a fortalecer las uñas. Para conseguir los mejores resultados, introduzcámoslas dentro de un pequeño bol en el que habremos añadido aceite de oliva tibia. Incluso podemos añadir un chorrito de limón para ayudar a endurecerlas.
O, si lo preferimos, hagámoslo a parte antes o después del aceite, por ejemplo frotando las uñas con una rodaja de limón o introduciendo los dedos dentro de su pulpa. Eso sí, cuidado con las pequeñas heridas o padrastros porque podría escocernos mucho. Si son imperceptibles, la mejor manera de saber si las tenemos es probar…
Si nos damos un baño será la ocasión perfecta para añadir unas cucharadas de aceite de oliva en la bañera. Conseguiremos suavizar nuestra piel, y no solo por su contenido oleaginoso, sino porque ayuda a reducir el nivel calcáreo del agua. De nuevo, el limón y el vinagre hcen lo propio.
El aceite de oliva también nos será de gran ayuda si lo aplicamos como mascarilla de belleza. Para ello, podemos optar por hacerlo tal cual, sin más ingredientes, o hacer una mezcla que se adapte a nuestro tipo de piel o necesidades del momento.
Sería interesante hacer una formulación casera sencilla utilizando arcillas, eligiendo la que mejor se adapte a nuestras necesidades. También es buena opción añadir algunas gotas de aceite esencial y una vez lograda una pasta homogénea aplicar en el rostro y dejar actuar durante al menos diez minutos.
El resultado será un rostro luminoso, limpio y renovado. Para prolongar los resultados podemos aplicar regularmente, por ejemplo una vez por semana o cada dos semanas. O, por ejemplo, añadamos una cucharada de aceite de oliva bio a cualquier mascarilla que acostumbremos a ponernos.
Incluso las pieles grasas o mixtas pueden beneficiarse, puesto que su efecto es equilibrador y, por otra parte, una vez aplicado bastará con retirar los restos o enjuagar, sin más complicaciones.
Recordemos que la piel mojada debe secarse con suaves golpecitos de toalla para evitar que se reseque. Si el agua del grifo es de mala calidad o simplemente calcárea, tras el enjuague pulvericemos agua mineral para retirar sus restos y finalmente sequemos.
Si mezclamos el aceite de oliva con aceite esencial tendremos una excelente mascarilla para aplicar antes del champú y, por último, no olvidemos los pies y las manos, dos partes de nuestro cuerpo que también necesitan cuidados cosméticos. Sin ir más lejos, el aceite de oliva es perfecto para masajearlos con resultados cosméticos y relajantes.