Los científicos estudian a los animales, no sólo para comprender cómo viven y cómo se adaptan al medio, sino también para trasladar funcionamientos del organismo o diseños anatómicos a la tecnología creada por el ser humano. La mariposa es una especie de la que se puede aprender mucho. La tecnología espacial y el diseño industrial todavía intentan comprender la complejidad de sus alas. Detrás de éstas, hay un entramado de rectángulos, como tejas sobrepuestas, que duplican la capacidad para atrapar la energía solar con respecto a los paneles convencionales que diseña el hombre.
Los investigadores tratan de descubrir las claves de la anatomía y la composición de las alas de la mariposa para mejorar el aprovechamiento de la energía solar. Para ello, científicos de China y Estados Unidos desarrollan sendos proyectos para nuevos diseños en la tecnología solar.
Tongxiang Fan, de la Universidad de Jiao Tong de Shanghai, en China, acaba de presentar uno de estos prototipos en la American Chemical Society de San Diego (Estados Unidos). El científico ha estado años observando dos especies de mariposas negras, las que absorben una mayor cantidad de luz solar.
En sus observaciones con el microscopio, encontró que las alas están compuestas por diferentes capas de escamas que incluyen pequeños orificios entre ellas. Cada capa permite conservar una parte del calor, funcionando como compuertas que se van cerrando.
El prototipo reproduce esa estructura con células solares. Se utilizó para sintetizar la energía solar y el resultado fue sorprendente: el catalizador inspirado en las mariposas producía energía al doble de velocidad que un catalizador tradicional.
Por otra parte, investigadores de la Universidad de Yale descubrieron que en la punta de las escamas existen unas nanoestructuras de cristal, llamadas gyroids, que influyen en su color y que esparcen la luz de forma selectiva. Se componen de quitina, un resistente material que forma el exterior de los insectos y algunos crustáceos. Estos gyroids son nanoesctructuras de cristal que ayudan en la absorción de luz a las mariposas. El próximo paso es, basándose en este descubrimiento, crear paneles solares que mejoren su eficiencia.
Se trata de aprovechar al 100% la energía del Sol. Por eso, se estudian los mejores colectores de energía de la naturaleza, las mariposas, ha comentado Fan.