Este caballo de Troya es una versión un tanto extraña, pues reposa sobre un balancín que lo convierte en una especie de juguete para niños. Pero no es esto lo más insólito de la obra, bautizada como Hedonism Trojaner, sino la materia prima con la que se ha fabricado, ni más ni menos que 18.000 teclas de ordenador recicladas.
En contra de lo que pudiera imaginarse, el resultado es bello y armonioso, para nada mareante, al menos contemplado desde una distancia prudencial. Fuera de bromas, esta pieza inspirada en el famoso caballo mitológico y en juegos infantiles entra de esta guisa en la era tecnológica, todo cubierto de teclas.
La base sobre la que se han pegado las teclas es de resina, y éstas son de distintas tonalidades amarillas, blancas y grises, con las que se juega de un modo magistral para crear sombreados que dan sensación de profundidad mientras lo colorean.
Su creadora es la artista Panagiotidis Babis, y ésta ha tenido el disgusto de ver cómo su caballo gigante era destruido por una motosierra que empuñó un tipo poco aconsejable. Finalmente, Babis creará otra versión de su obra para sustituirlo. Por suerte, los tribunales le han dado la razón y, aunque el daño ya está hecho, al menos la indemnización se ha estipulado en 70.000 euros.
Por cierto, tratándose éste de un blog de ecología, no podemos dejar de mencionar que el título alude también al hedonismo de un modo sugerente, criticando la iconografía animal que nos gastamos los humanos, incluyendo, por supuesto, los significados que les atribuimos. En esta ocasión, sin duda, el título dota la obra de un significado más rico. Curiosamente, además, el caballo ha sufrido un daño importante, por lo que el simbolismo parece acumularse en torno a esta escultura.