Desde que comenzó la crisis económica, mucha gente vive con criterios ecológicos aun sin saberlo. Porque, a menudo, sobre todo, en el largo plazo, con lo ecológico se consigue ahorrar dinero. Es lo que ocurre con los pañales de tela: son más baratos y, en cierto sentido, más respetuosos con el medio ambiente. Aunque sólo en parte.
El uso de pañales de tela en lugar de los tradicionales desechables permite a las familias, según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios de España), ahorrar casi 600 euros por hijo desde que nace hasta que ya no es necesario ponerle pañales. En la actualidad, es el principal argumento para su venta. Pero también es menos dañino para el medio ambiente que sus competidores, los desechables.
La OCU ha calculado que una familia media gasta algo más de mil euros en pañales desechables por cada hijo, mientras que el gasto de los que compran pañales de tela se sitúa en unos 480 euros, lo que cuestan veinte pañales de tela que durarán todo el tiempo que los necesite el bebé.
Un informe reciente de la revista Opcions, especializada en consumo responsable, señala que los de tela, además, resultan menos dañinos para el medio ambiente que los desechables. Cada niño puede llegar a utilizar entre 5.000 y 6.000 pañales, lo que supone un gran impacto para el medio ambiente, ya que es basura que normalmente no se recicla. Aunque sí lo hacen en algunos países, como en Escocia.
Pero también hay que tener en cuenta que el uso de pañales de tela aumenta el gasto de agua y energía, ya que este tipo de pañales se tiene que lavar con frecuencia.
Casi todas las personas optan por los desechables por la comodidad que suponen. Sólo las familias muy preocupadas por el medio ambiente o que tienen dificultades para llegar a fin de mes eligen los pañales de tela.