Es una idea archiconocida, y hasta típica, pero no por ello resulta menos cierta. Aquello de hazlo por ti, no solo por el planeta, es una gran verdad, y en este post vamos a tirar del hilo para encontrar el por qué de esta frase, y del significado que encierra.
En primer lugar, partamos de un hecho: el mundo es finito, y también sus recursos. Lo mismo cabe decir también de su equilibrio, sobre todo desde que la intervención humana está poniéndolo en serio peligro a nivel global. Y es que la Naturaleza es un todo y la compleja interacción de sus elementos resulta necesaria para que el planeta siga siendo nuestro hogar.
Se trata, en suma, de preservar las condiciones de habitabilidad del planeta, conjugando al tiempo la evolución de la civilización humana y el aumento de la población, en constante aumento.
La Naturaleza, nuestro hogar
Ello significa, por un lado, una mayor presión sobre los recursos, y por otro un daño cada vez mayor a los ecosistemas, a su flora, fauna, y a elementos claves de los mismos, como los componentes físicos y biológicos de cada entorno. Desde un enfoque global, los abusos aceleran el cambio climático y alteran el ciclo hidrológico planetario, un fenómeno esencial para la vida.
Y es que, más allá de las fronteras, de las distinciones que podamos hacer a la hora de diferenciar ecosistemas, la Naturaleza es un todo que conforma la ecosfera. Inevitablemente, todos ellos se interrelacionan y esa dependencia es compleja. Romper su equilibrio es romper el equilibrio de lo que nos rodea y de lo que dependemos.
Precisamente por ello se dice que cuidar el planeta es cuidarnos a nosotros mismos o, lo que es lo mismo, que el planeta es nuestro hogar. Nuestro único hogar.
Cuidar el entorno es cuidar de uno mismo y de los otros. Pero para conseguir grandes cosas es necesario que cada uno aporte su pequeño granito verde. El compromiso personal es clave, pero no basta, una condición necesaria pero no suficiente para conseguir objetivos importantes.
¿Pero qué significa comprometerse con el entorno? Significa vivir mejor con menos, encontrar alternativas válidas para cada uno, factibles y prácticas, que realmente podamos adoptar y aplicar día a día. Ello implica menos consumismo, menos despilfarro, menos polución, menos desechos, menos productos tóxicos, menos daño a la Tierra…
Salvar el planeta para salvarnos
No se trata de salvar el planeta para salvarnos sino de salvar la actual versión del planeta, ya que a no ser que nos engulla un agujero negro, caiga un meteorito o el futuro nos depare cualquier otro final cósmico que haga volar la Tierra en mil pedazos, siempre que el planeta unas mínimas condiciones de habitabilidad, la vida seguirá existiendo. Adoptará otras formas, simplemente. Será un escenario en el que nosotros no tendremos cabida, pero eso no significa que…
¿Y qué hay de las nuevas tecnologías, acaso no podrían resolver el problema? Al ritmo que avanzan es muy arriesgado hacer pronósticos, pero, sea como fuere, ello no invalida nuestra premisa: Cuidar la Naturaleza es cuidar de uno mismo.
Los peligros son muchos, pero sobre todo somos nosotros el principal peligro. Los expertos nos advierten de un fin del mundo inminente si no reaccionamos a tiempo abordando distintos frentes: frenar el calentamiento global, la deforestación, la polución aérea, terrestre y acuática…
Si no cuidamos el planeta, señalan reputados científicos de la NASA y del Museo Nacional de Historia Natural de París, entre otros muchos, acabaremos por perderlo todo. Y será en breve.
Que la civilización moderna se encuentre al borde del colapso será cuestión de décadas, pronostican. Por lo pronto, la sexta gran extinción ya está ocurriendo y el declive de la biodiversidad es buena prueba de ello. En un futuro próximo, según un estudio científico financiado por el Goddard Space Flight Center de la NASA la sobreexplotación de los recursos y la creciente inestabilidad económica nos llevará a un punto de no retorno.