La nanotecnología enfocada a las energías renovables no deja de sorprendernos. En esta ocasión, científicos surcoreanos han creado un material que se integra en la piel, la ropa y complementos como gafas o relojes para absorber la energía del sol y guardarla, haciendo la función de una batería recargable convencional.
Todavía es pronto para saber si podría formar parte de nuestra vida diaria, pero no puede negarse que reúne todos los requisitos para que así fuera. Por el momento, el gran logro de estos científicos del Instituto Superior de Ciencia y Tecnología de Corea (KAIST) ha sido conseguir buenos resultados en material textil.
Compuesto por níquel y poliuretano, principalmente, el innovador material es flexible para poder incorporarse a la ropa o cualquier prenda o complemento. Además, para no tener que conectar ese objeto a ningún sito, se consigue la recarga mediante la incorporación de células solares para lograr una recarga sostenible.
Similar a otras baterías
Los padres del invento aseguran que sus propiedades electromagnéticas son equiparables a las de otras baterías típicas. Es por ello que, habida cuenta de su rendimiento, esperan que su ingenio marque un antes y un después en lo tecnológico.
No les falta razón cuando afirman que su invento tiene grandes posibilidades al poder integrarse fácilmente en objetos cotidianos que llevamos encima, incluyendo, por supuesto, nuestra propia piel.
Dejando a un lado la aplicación dérmica por obvias cuestiones de salud, también esta tecnología tan cercana al cuerpo despierta lógicos recelos de seguridad. Aún así, la idea es seductora, sobre todo porque quizás podría aplicarse a un sinfín de objetos que no fueran necesariamente tan personales. Como bien dicen los padres de la criatura, el invento abre «nuevas oportunidades más allá de lo imaginario».