Un proyecto ecológico como alternativa al muro de Trump

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No todas las reacciones que se oponen a la propuesta de Donald Trump de levantar un muro entre la frontera de Estados Unidos y México son iguales, ni tampoco todas se oponen a llevar a cabo algún tipo de construcción. Una de ellas, de tipo ecológico, pretende convertir la frontera entre ambos países en un espacio de vida, un punto de encuentro entre mexicanos y estadounidenses en tierra de nadie, aun estando bajo la soberanía de éstos …y, precisamente por ello, en tierra de todos.

Creado por la organización Made Collective, integrada por diseñadores e ingenieros mexicanos y estadounidenses, se trata de un proyecto realmente novedoso, si bien no tiene muchas posibilidades de concretarse en un proyecto real, sino más bien todo lo contrario.

Unir, en lugar de separar

El hecho de que el proyecto se inspire en valores que son la antítesis de aquellos que maneja Trump ha sido el acicate que ha llevado a este colectivo a idearlo y proponerlo no tanto a los Estados Unidos, sino al mundo, ayudándose del poder que tienen las redes en la difusión viral.

La propuesta ha sido bautizada con el nombre de «Shared co nation», un elocuente título que explica de forma breve y sencilla la esencia del mismo. Básicamente, el proyecto busca convertir la frontera, un espacio hostil, y también desaprovechado, en un lugar independiente, cuidado a nivel ambiental, en el que vivir y convivir sin tensiones.

En concreto, se plantea la creación de un territorio no incorporado,(en inglés, unincorporated territory), término utilizado para denominar a los territorios que aún estando bajo soberanía estadounidense, no forman parte del territorio nacional de dicho país.

En este caso, sería una nación abierto a los ciudadanos de México y los Estados Unidos, co-mantenida por ambos gobiernos y enfocada a la convivencia entre seres humanos y también con los animales autóctonos. Recordemos aquí que la propuesta de Trump también ha sido muy criticada por científicos y expertos, quienes aseguran que la construcción de un muro supondría un desastre ecológico por el impacto negativo que tendría para la vida silvestre de la zona.

El proyecto necesitaría que tanto la tierra física y como la inversión inicial fueran proporcionados por ambos países para poder levantar la infraestructura y los servicios que lo hicieran realidad.

El territorio ocuparía más de 1.900 kilómetros, abarcando 12 kilómetros a cada lado de la frontera, uniendo las ciudades de Tijuana, El Paso y San Diego a través de este proyecto común, cuyo objetivo es inclusivo. Así lo explica la asociación en su página web:

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial el planeta ha visto aumentar las fronteras físicas diez veces. Estas cicatrices visuales son aún más profundas cuando las naciones comparten una historia rica y vibrante juntos. México y Estados Unidos siempre han prosperado cuando ve en el otro las fortalezas, trabajando juntos. Proponemos un ‘New Deal’ transnacional para construir una innovadora co-nación compartida, basada en la potenciación de la economía local, la independencia energética y una infraestructura revolucionaria también para el desplazamiento.

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A nivel ambiental, el plan se basa en el concepto de comunidad sostenible, buscando la generación de energía gracias a 90.000 kilómetros cuadrados de paneles solares que satisfagan las exigencias del nuevo territorio y logren excedentes a partir de los que obtener beneficios.

Igualmente, se quiere regenerar los ecosistemas dañados en cuencas hidrográficas y ecosistemas locales a ambos lados de la frontera, además de utilizar un Hyperloop interurbano, un tren supersónico levitante, como apuesta innovadora para el transporte limpio.

Por último, los residentes conservarían su nacionalidad original, pero habría representantes del gobierno local, al tiempo que deberían contar con un microchip de identificación para tener acceso a los servicios de salud y educativos.

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