El reciclaje de residuos orgánicos, eso que conocemos como compostaje desde hace muchísimo tiempo, constituye un abono natural que mejora las cosechas. Ahora, además, existe una opción científica que se inspira en este uso tradicional para maximizar sus resultados.
Tal y como aparece en un artículo publicado en la revista Bioresource Technology, investigadores de la Univesidad de Almería han identificado los factores que intervienen en la mejor y en el control del compostaje de los residuos vegetales de procedencia agrícola.
El experimento se llevó a cabo en el Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación de la facultad durante seis meses, controlando factores como la temperatura o la aireación a lo largo de la biodegradación. De este modo, se recogieron muestras diferentes para evaluar la presencia de bacterias y hongos para entender de qué modo se iba transformando lo orgánico.
Suelo más ecológico y rico
Ese conocer mejor el proceso de biodegradación ha permitido conocer las claves para que el compostaje se desarrolle de forma eficaz y segura. Ello se traducirá, lógicamente, en un beneficio agrícola al aumentar su fertilidad de forma controlada.
Es decir, se establece un protocolo de actuación a través de una serie de parámetros identificados previamente para llegar a un determinado resultado. Tal y como afirman los autores del estudio, se han identificado las etapas para la biodegradación de este tipo de residuos, incluyendo las más críticas.
Su identificación viene acompañada de una serie de operaciones adecuadas en éstas para sacarle el máximo rendimiento al compost obtenido finalmente. O, lo que es lo mismo, se obtiene un compost de mayor calidad. Según concluye el trabajo, además, el compost es un tipo de abono susceptible de mejorar las características físicas, químicas y biológicas del suelo.