Por desgracia, este año 2013 se rebajan las ayudas por la compra de un coche eléctrico, alcanzando una subvención máxima de 5.500 euros, frente a los 6.000 del año pasado. Eso sí, la partida global asignada será de 10 millones de euros, la misma que en el 2012.
La cuantía dependerá del tipo de vehículo adquirido. En los casos más habituales para el consumidor común, conviene saber que los turismos y furgonetas con autonomía superior a los 90 kilómetros pueden percibir los 5.500 que hemos apuntado, pero la ayuda desciende hasta los 3.500 euros (500 euros menos que el pasado año.
En el tercer grupo relativo a los vehículos con menos autonomía, éstos percibirán un total de 2.500 euros en vez de los 2.000 anteriores. Por lo tanto, los recortes se han hecho notar de forma importante, no sólo por la reducción, sino por las esperanzas que ha frustrado su no aumento. Aunque era de esperar, sin duda.
Excluidas las motocicletas
Los tijeretazos más acusados los sufren las compras de autobuses y autocares eléctricos, cuyas subvenciones quedan diezmadas. En concreto, pasan de 15.000 a 8.000 euros para los más ligeros y de 30.000 a 20.000 euros para el resto.
Como era de esperar, la exclusión de las motocicletas eléctricas de las ayudas ha sido una decisión criticada por la Asociación de Vendedores de Vehículos (Ganvam), sobre todo por su mayor potencial de ventas con respecto a los coches.
Según la Ganvam, además de precisarse ayudas para su adquisición, los automóviles eléctricos han de superar otros obstáculos como el aumento de puntos de recarga y una mayor autonomía para ganar en popularidad, algo que ocurrirá dentro de cinco o seis años, apuntan. Una vez despegue, sin embargo, su progresión será imparable, pues el automóvil eléctrico «es la movilidad del futuro».
En fin, sea como fuere, sin más incentivos económicos bien por parte de fabricantes como de subvenciones, las ventas siguen siendo algo anecdótico. Una pena.