No sé vosotros, pero yo cuando pienso en un refugio perdido en medio de la naturaleza, una de dos, o me imagino una casita o una cabaña de madera, la típica casa en un árbol o un escondite en una cueva. O si es algo más sofisticado, entonces un búnker, en plan peliculero.
En ningún caso se me ocurre imaginar que casitas de lujo minimalistas como refugio en pleno bosque. Hasta ahora, porque haberlos haylos, y a tenor de la maravilla que nos muestran estas fotos, si no fuese por el precio, hasta podrían llegar a convertirse en tendencia.
¿Dónde la ponemos?
Pero olvidemos el precio (unos 58.0.000 dólares de nada) e imaginemos que ya es nuestro. Que lo hemos encargado, nos lo han fabricado y vamos a instalarlo donde más nos plazca. Porque, y ésta es una de sus grandes ventajas, este peculiar refugio es una casa prefabricada modular, que viene completamente amueblada, y es móvil. En cuestión de 5 días se acaba de ensamblar o, lo que viene a ser lo mismo, la plantamos aquí o allí, como una seta.
Es decir, podemos colocarla allí donde se nos antoje, siempre que se permita hacerlo legalmente, lógicamente. Así, ese lugar lícito que nos parezca idóneo es donde tendremos nuestro refugio, y así será una y otra vez, siempre que deseemos mudarnos. La mudanza no implica impacto ambiental, no más allá de la huella de carbono que genere su traslado.
Este contenedor con paredes de cristal, creado sobre una estructura de acero galvanizado, se llama Refugio Vipp y lo ha creado una empresa danesa del mismo nombre (Vipp). Eso sí, hay que reconocer que el acero no es un material de construcción ecológico, sino todo lo contrario, pues su uso suele reducirse a o imprescindible en proyectos eco-amigables, pero por otra parte es un material de gran densidad, muy durable, que soporta grandes cargas y que puede reciclarse.
Arquitectura simbiótica
Por lo tanto, su armonía con la naturaleza tiene más que ver con el concepto de vivienda que con los materiales de construcción, pese a que existe acero sustentable. De hecho, reciclando el acero galvanizado siguen conservándose las propiedades de resistencia, dureza y maleabilidad, al tiempo que se evita el uso de otras materias primas como el hierro.
La casita tiene 55 metros cuadrados y está completamente amueblada, también en plan minimalista, pero al tiempo con el lujo de lo sencillo. Son dos pisos, y está pensada para cuatro personas.
Su estilo minimalista es otro detalle interesante, cuyo significado no se le escapa a los amantes de la naturaleza. Y es que el diseño minimalista de su mobiliario, y también de su estructura, es un modo de no resultar invasivos, de buscar la simbiosis con el entorno, con ese paisaje natural.
Desde cualquier lugar de la casa se tiene acceso al exterior. En la buhardilla está el dormitorio, con sus claraboyas, y en la planta baja encontramos una sala de estar y una cocina, y transparentes de noche y durante el día con cristales que reflejan el entorno, cual espejo.
Esto, por otra parte, tiene un problema, y es que los pájaros pueden estrellarse contra los cristales, como ocurre en numerosos edificios urbanos. Aun así, hay soluciones para ello, si bien habría que recurrir a las nuevas tecnologías.
¿Una casa hermosa? Su belleza no es lo importante. No romper la belleza del entorno, eso sí, es lo que realmente importa. En este sentido, la casa es todo un acierto. Toda una lección de simplicidad y respeto ambiental, con muchas posibilidades de inspirar otros proyectos más asequibles, sin renunciar a sus aciertos.