Investigadores de la Universidad de Carolina del Sur (UCS) han desarrollado una técnica con la que han conseguido que las telas que se usan habitualmente para fabricar ropa, como, por ejemplo, el algodón de una camiseta, puedan almacenar grandes cantidades de energía. Son una especie de «baterías flexibles». Los científicos han contado sus investigaciones en un artículo publicado en Advanced Materials.
Desde la página web de la universidad, el profesor de ingeniería mecánica Xiaodong Li explica que eligieron este objeto, una camiseta, porque es algo que se usa todos los días. Así, las camisetas de algodón pueden tener más funciones, como, por ejemplo, este dispositivo de almacenamiento de energía flexible. Suficiente para recargar un teléfono móvil o una tableta.
La técnica consiste, básicamente, en sumergir una prenda durante una hora en una solución de fluoruro. Después, y una vez seca, se hornea a altas temperaturas en un ambiente carente de oxígeno para evitar la carbonización y la combustión. Por último, se cubre la camiseta con una nanoestructura de óxido de manganeso. El dispositivo obtenido se denomina súper condensador y responde más rápido que una batería a las necesidades de potencia.
Las superficies de las fibras resultantes de la tela demuestran mediante espectroscopía infrarroja haber sido convertidas de celulosa a carbono activado. Con todo, conservan su flexibilidad. Según los investigadores, no queda mucho para ver teléfonos móviles o, incluso, ordenadores portátiles que se puedan enrollar para transportar más cómodamente. Lo único que se necesita para ello es un dispositivo flexible de almacenamiento de energía. Precisamente lo que han conseguido.
La camiseta-batería, aun después de mil ciclos de uso, tiene un 97,3% de retención de carga. Li asegura que el proceso en el que se consigue transformar en batería a la prenda es simple y de bajo coste y amigable con el medio ambiente. Ahora, busca socios comerciales para ampliar el proyecto y elaborar dispositivos para venderlos en tiendas.