El diseño de los urinarios no deja de evolucionar. Hay algunos que se usan para crear compost y otros que sirven para regar plantas. En este caso, os presentamos un nuevo diseño que quizá sea más útil en ciudad, en baños públicos como restaurantes, cines, etc. Aunque, en realidad, la idea es tan sencillamente genial que serviría para cualquier lugar.
Cada vez es más importante ahorrar agua y un buen momento para hacerlo es cuando se llevan a cabo en esas dos acciones que se realizan de forma consecutiva: primero, orinar, y, después, lavarse las manos. La idea es usar el agua de lavarse para limpiar el váter. Es tan sencillo que parece increíble que a nadie se la haya ocurrido antes.
En inglés, lo llaman «skink urinal», esto es, urinario fregadero, porque en un sólo sanitario reúne las dos piezas. En realidad, el diseño de llama Stand. Además del beneficio medioambiental que supone ahorrar agua, también tiene un beneficio sanitario, ya que facilita lavarse las manos, así que los hombres ya no tienen excusa para no hacerlo después de aliviar su vejiga.
El usuario se lava las manos en el fregadero de la parte superior del urinario. Este agua, usada, sí, pero bastante limpia, es la que cae por el urinario y lo limpia del mismo modo que cuando se tira de la cadena. Así sólo se usa el agua una vez para llevar a cabo dos acciones de limpieza, primero las manos y, después, el urinario.
Ya no hay excusa para no lavarse las manos
Incluso se podría añadir otra ventaja: que ahorra espacio y complicaciones, ya que no es necesario instalar lavabos y se evita colocar más tuberías.
Algunas estadísticas aseguran que un 15% de los hombres no se lava las manos después de orinar (1 de cada 7). Quizá con este invento sí lo hagan. El diseño cuesta unos 590 dólares. Ya se vende en Noruega, Alemania, Rusia, Polonia y el país de quien tuvo la genial idea, Kaspars Jursons, Letonia.